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"Izuku, ven a mi oficina luego de tu entrenamiento. Debemos hablar."

"Vamos, mocoso. Deja de ignorar mis mensajes."

"Ya pasó casi una semana."

Midoriya miró aburrido la pantalla de su celular antes de guardarlo en el bolsillo de su chaqueta.

— ¿Otra vez tu madre? —Todoroki secaba el sudor de su cuello y rostro con una toallita de mano a su lado.

El pecoso solo asintió sin más. Ambos acababan de terminar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo que los había dejado agotados. El pecoso aun jadeaba pesadamente mientras una toalla colgaba de su cuello para retener el sudor.

— Insiste en que vaya a verla mañana, supongo que quiere hablar de algo importante. —Izuku tuvo que buscar una justificación a que su celular suene como loco durante toda la mañana.

Llevaba ignorando los mensajes de Aizawa hace días.

Los ojos de distintas tonalidades recorrieron disimuladamente el cuerpo del peliverde. Admiraron cómo la remera se pegaba a su cuerpo por el sudor, cómo su pecho subía y bajaba por la respiración agitada, la capita brillosa que tenía su piel, sus piernas firmes cubiertas por un simple short y el bello rubor que cubría su rostro por el calor...

— Espero que no sea nada malo, Izu... —el bicolor le regaló una pequeña sonrisa calmada antes de extender su mano— Ven, estiremos juntos antes de terminar. Tienes los hombros tensos.

Tomando la fuerte mano, ambos se acercaron. Juntaron las plantas de sus pies y entrelazaron sus manos, tirando sus cuerpos hacia adelante y hacia atrás según correspondía. Ayudando al otro a estirarse perfectamente.

Luego de eso, Shoto lo ayudó a estirar bien sus piernas, sosteniéndo su cintura y dando apoyo a sus rodillas. Midoriya debía mejorar su flexibilidad.

— ¿Quiéres ir por algo de comer? Como agradecimiento por ayudarme con mi entrenamiento. —Todoroki lo miró brevemente mientras guardaba todo en su mochila.

El celular de Izuku sonó por una llamada entrante y el pecoso observó atento el nombre de su maestro en la pantalla antes de apretar el botoncito verde y contestar la llamada.

— Te alcanzo en un segundo, Sho. —el bicolor le regaló una sonrisa antes de caminar a la salida del gimnasio— Estoy ocupado.

— Me imagino que sí, porque no contestaste ninguno de mis mensajes, Midoriya. —la voz de Shota sonó seria, enojada— Tenemos que hablar, ven a mi oficina.

— Se lo repito, porque al parecer no me escuchó, estoy ocupado. Están esperándome. —el suspiro hastiado se escuchó del otro lado de la línea.

— ¿No vas a venir a verme por irte con ese mocoso? —las palabras denigrantes del mayor para con su amigo hicieron que el pecoso frunciera el ceño.

— Ese mocoso, como usted lo llama, tiene una excelente comunicación conmigo. —el dedo de Izuku por poco aprieta el botón rojo de la pantalla por el enojo.

— No vas a irte a ningún lado con ese niñato, ven a verme y terminemos con esta niñería... —por el silencio que relució luego de lo que dijo, Shota se dió cuenta de que la había cagado en grande— Espera, Izuku, no quise decir es... —el dedo pulgar del pecoso apretó el rojo con indignación y apagó su celular antes de guardarlo en su bolso.

— ¿Todo en órden? —Todoroki no dejó pasar su cara molesta al salir— ¿Qué tal un helado de tu lugar favorito para alegrarte un poco?

Izuku sonrió sinceramente. Shoto siempre estaba cuando lo necesitaba, era atento, caballeroso, sincero, maduro...

Ilícito °AiDeku° Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin