5."Eros y Angelo, ¿problemas por partida doble?"

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La mañana siguiente a la fiesta, pongo mi alarma a primera hora de la mañana para ir a tomar una ducha que me haga olvidar la noche pasada.

Los baños de los dormitorios en la Academia Saint Laurent son comunitarios, pero tienen cuartos privados para los retretes, así como vestuarios conectados a las duchas. En general es solo el lavabo el que está abierto para todos.

Lucía no estaba de acuerdo con que usase el baño e insistió en que fuera a su habitación siempre que quiera ducharme, pero no voy a caminar a verla solo para sumergirme en un poco de agua humeante.

Lo siento, pero no. No necesito depender de ella.

Así que espero a que todos se vayan a desayunar, sabiendo que no voy a tener la oportunidad de comer antes de clases y llevo mi bolsa de gimnasia con mi uniforme al baño al final del pasillo, rezando por no encontrarme con nadie. Aún así hay un chico con cabello rubio plateado que se lava los dientes en el lavabo, pero estoy nadando en una sudadera holgada y pantalones deportivos e incluso sin el uniforme, estoy bastante segura de que estoy aceptable según lo que me dijo mamá.

Pasando al lado del rubio, me dirijo a una de las duchas, tomo la llave del gancho y abro la puerta antes de entrar en una pequeña antecámara, algo así como un vestidor en una tienda por departamentos.

—Ricos imbéciles —me quejo mientras miro a mi alrededor.

Bien, mentí completamente. Esto es mucho mejor que cualquier tienda departamental en la que haya estado.

Hay una tumbona de satén con una almohada con volantes, una pintura al óleo en la pared que estoy segura no es una reproducción, y una pequeña estantería repleta de novelas clásicas y cubierta con una estación de té y café, además de un tazón de fruta fresca.

¿Quién entra en la ducha para leer y comer manzanas?

Compruebo dos, tres y cuatro veces para asegurarme de que la puerta esté cerrada detrás de mí, cuelgo la pequeña llave en el gancho cercano y me desnudo. Las paredes del cambiador y la ducha tienen unos tres metros y medio de altura, pero no hay techo por así decirlo. Puedo escuchar el sonido de una puerta abriéndose y cerrándose cuando el chico del cepillo de dientes sale de la habitación y luego...nada. Puro silencio.

Suspirando felizmente, atravieso la cortina hacia el área de azulejos y me detengo con una mano todavía aferrada a la tela.

—Ricos imbéciles —repito mientras miro a mi alrededor los pisos de mármol, las paredes y la ducha. Tiene una media puerta de vidrio y como cuatro cabezales de ducha con una especie de elegante centro de comando. En la pared a mi lado, hay un sistema de sonido por el que me desplazo, seleccionando una canción clásica de piano que se filtra ligeramente a través de los altavoces.

Hay estantes en una pared repletos de champú, acondicionador, barras de jabón fresco envueltas en envoltorios de papel, esponjas nuevas, cepillos para fregar, toallas y más. Estoy bastante impresionada.

Personal de Saint Laurent Academy.
Por favor, lleve todos los artículos usados a su dormitorio.
Cualquier artículo usado que quede será descartado.
Gracias.

Miro hacia abajo y encuentro una fila de organizadores de ducha de madera en el estante inferior, escojo uno y lo dejo a un lado. Luego me tomo todo el tiempo del mundo escogiendo mis jabones y gel de baño.

—Esta mierda es tan lujosa.—mascullo, pensando en cuánto costaría en un salón el champú con aroma a lilas y romero que tengo. ¿Y simplemente lo dejan aquí, libre para que cualquiera lo tome?

Entonces, por supuesto, me doy cuenta de lo estúpida que sueno. El dinero de la matrícula por un año en Saint Laurent es literalmente el quíntuplo del salario anual que mi hermana ganaba en su último trabajo. Tal vez solo hay dos escuelas en todo el país que cuestan más y todas son escuelas preparatorias bastante esnobs.

JUEGOS DE PODERWhere stories live. Discover now