8."Saint Laurent: Hogar de buitres."

19 6 0
                                    

Terminamos de ayudar a Hades con las trampas. Fue algo rápido porque eran sólo seis y aunque eran bastante pesadas, las colocamos en los extremos de la cabaña.

No puedo creer todo lo que ha pasado en los dos días que llevo aquí. Me enteré de que mi habitación le pertenecía a una chica suicida, fui a una fiesta en la cabaña de la directora, presencié la escena de un crimen y ahora estoy encubriendo un homicidio.

Al recordar la última parte no puedo evitar pensar en Lucía y lo duras que fueron sus palabras. Creía que ella me entendía y no me juzgaba por lo que pasó, pero al parecer estaba equivocada. Me siento aliviada de no haberme vuelto a desahogar con ella, porque después de lo que me dijo hoy, sólo hubiese quedado como una idiota creyendo que me entendía.

—¿No es lo suficientemente fuerte para olvidar, eh?

La voz de Hades me saca de mis pensamientos y me quedo viéndole confundida. ¿Él no estará hablando de...? ¿Mi madre le contó a Katie Davis lo que pasó? No, eso es imposible. Mamá se avergüenza de mi "irresponsabilidad".

—¿Disculpa?—digo con lentitud.

—Lo de Lexie.—aclara y siento que puedo volver a respirar con tranquilidad mientras Hades se sienta junto a mí.—Necesitarías algo más que una cerveza para olvidar algo así.

Asiento con la cabeza, comprendiendo. Hades deja una cerveza frente a mí, pero no la toco.

—No me apetece.—digo, encogiéndome de hombros. Aunque en realidad prefiero no beber alcohol porque la última vez que lo hice...digamos que no terminó muy bien. —¿Eran muy unidos?—le pregunto.—Me refiero a Lexie y a ti.—Hades asiente y le da un sorbo a su cerveza.

—No tanto como cuando éramos niños, últimamente estábamos algo distanciados.—me responde y voltea a ver al frente, suspirando pesadamente.—Pero de todas formas era como mi hermana.

—Lo siento.—le digo, estirando mi mano y posándola sobre la suya.

Hades pone sus ojos en mi mano y luego me doy cuenta de que quizás eso estuvo de más, así que la quito. Él sólo sonríe, volviendo a ver al frente.

—Siento mucho haberte asustado de esa manera, de verdad. No debí...

—Shh.—le callo.—Está bien, sólo no lo vuelvas hacer, jamás.—le digo.

Hades vuelve a asentir, quedándonos en un silencio bastante tranquilo que hubiese durado por mucho, claro, si Lilith no hubiese tenido otros planes.

—Dios, estoy tan enojada.—comenta Lilith, sentándose junto a mí.—¿Por qué tuvo que morir Lexie y no una persona verdaderamente mala? ¡Hay muchas de esas en el mundo!

—Porque la vida es una mierda injusta.—dice Ascian, mientras se recuesta en el umbral de la puerta de la cocina de la cabaña, dándole un trago a su cerveza.

—¿Cómo está Alexandra?—le pregunta Lilith, preocupada.

—Está devastada. Perder a su hermana ha sido demasiado para ella.—contesta Ascian, mirando a un punto fijo en la pared, dándole otro sorbo a su cerveza, esta vez más largo que el anterior.—Creo que la sacarán del internado.

—¡Oh, pobrecita! No tuve oportunidad de hablar con ella.—dice Lilith con tristeza.—Me sorprende que sus padres no hayan querido demandar a Saint Laurent.

—Lo intentaron.—interviene Hades.—Pero esto ocurrió fuera del parámetro del internado y aunque haya ocurrido en la cabaña de la directora, se suponía que ella no debía estar ahí. Sería en vano demandar, perderían el juicio.

Un silencio mordaz se adueña de la habitación cuando todos se sumen en sus pensamientos y reflejan pesar en sus rostros, mientras, yo me siento extraña por estar un piso arriba de donde Lexie murió. No le conocía, pero no puedo olvidar su sonrisa alegre cuando nos presentaron y luego...recuerdo la expresión dibujada en su rostro cuando la encontramos.

JUEGOS DE PODERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora