14."Tic Toc, la siguiente podría ser tú."

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Abro mis ojos lentamente, acostumbrándome a la luz del ambiente. Lo primero que veo es el techo blanco, de donde se desprende la luz del foco. Miro hacia mi izquierda y casi pego un salto del susto. Ascian se encuentra recostado en la pared, viéndome con seriedad.

—¿Te encuentras bien?—me pregunta y segundos después, parece arrepentirse de haberlo hecho.

—Quiero saber dónde estoy y por qué.—le digo, clara y firme, incorporándome y sintiéndome débil. Ascian intenta acercarse a mí, pero lo detengo preguntando:—¿Por qué demonios me hiciste eso?—cuestiono, recordando brevemente lo que pasó en el baño.

—¿El qué? ¿Qué crees que yo hice?—me pregunta, confundido.—Te desmayaste y caíste por las escaleras, Olivia.—me cuenta.

—¡Mentira!—le respondo, entre dientes.—Tú me dejaste inconsciente en el baño y lo sabes. Tienes que haber sido tú.

—Yo no hice ninguna mierda de ese estilo. Yo hago las cosas de frente y eso lo sabes muy, muy bien.—me contesta, frunciendo el ceño.

Mirando a mi alrededor, busco mi mochila. Ascian al notarlo, me la extiende, ya que se encontraba a un lado de él, en una silla. Busco entre mis cosas con rapidez, buscando el expediente. Suelto un suspiro en frustración al no encontrarlo, viendo en su lugar una nota.

Antes de poder leer lo que dice, una castaña se adentra a la habitación, vestida con una bata blanca. Debe ser la doctora Cooper, tía de Ascian sino me equivoco. Detrás de ella, viene una feliz Lucía por verme despierta.

—Ay, Olivia. ¡Me asustaste!—exclama mi hermana, aliviada.

—Me alegra que hayas despertado.—me dice la tía de Ascian.—Soy la doctora Cooper, ¿cómo te encuentras?

—Confundida.—respondo y por un momento veo a Ascian de reojo.

—Es normal teniendo en cuenta que te desmayaste. ¿Te duele algo?—dice, con una pequeña y agradable sonrisa. Niego con la cabeza en respuesta mientras ella saca una pequeña linterna de su bolsillo.—Sigue la luz con la mirada, por favor.—me dice, encendiendo la linterna que en el primer instante me deja algo ciega, pero aún así sigo sus indicaciones hasta terminar.—¿Segura de que no te duele nada?

—Segura.—asiento.

—Pues eres una persona bastante afortunada. No cualquiera puede caer de una escalera y quedar sin ningún rasguño.

Oh, créeme, aunque sé perfectamente que no caí, pero de haberlo hecho no me hubiese pasado nada. He sobrevivido a cosas mucho peores.

—Al parecer hoy es mi día de suerte.—contesto, sonriendo forzadamente y fingiendo alegría. Ascian me mira extrañado, sin creerme del todo.—¿Cuándo podré irme a descansar a mi habitación?

—Me gustaría que te quedaras esta noche, sólo por cuestiones de protocolo.

—Es que en serio, creo que me sentiría mejor en mi cuarto.—resalto, incómoda por estar en una camilla de enfermería.

Por suerte, Lucía entiende mi mirada de "sácame de aquí, por favor" y aleja a la doctora de mí para comentarle que mis experiencias en los ospitales no es buena, seguramente; lo que Ascian aprovecha para acercarse a mí.

—Olivia, ¿qué está sucediendo?—me pregunta, desconcertado.

—Nada que te importe.—le susurro.

—Olivia estoy hablando en se...

—Te acompaño a tu habitación.—mi hermana nos interrumpe.

Sonrío y me pongo de pie, sintiendo un leve mareo al estar parada. Ascian no intenta decirme nada más y se limita a salir de la habitación. No estoy segura de si fue él quién me atacó y escribió la nota que ahora sostengo con mi mano formando un puño. No sé nada realmente, pero la poca confianza que estaba teniendo, se ha esfumado como el humo.

JUEGOS DE PODERWhere stories live. Discover now