Soy Feliz

Capitulo 17

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Rina sintió su cabeza dar vueltas y vueltas, un leve dolor en su cabeza, mientras que sentía el frío y duro piso, aun con su vista borrosa, no viendo bien de en donde se encontraba.

Fue como ver luces parpadear levemente, su vista viendo nada más que puntos brillantes en la lejanía. Su nariz se arrugó, debido al fuerte olor a muchas cosas que podía decir que era alcohol, y uno muy barato, sin mencionar que escuchaba voces.

Que pasaba?

Se tomo un momento en su posición por unos cuantos segundos, cuando todo cobro sentido, y empezó a recordar.

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Ella Estaba en casa.

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Alguien habia tocado la puerta, y cuando fue a abrir, habían unos sujetos extraños portando trajes raros, además de un emblema en sus frentes, cortadas, y que, en vez de saludar o decir decir el motivo del por estaban hay, tomaron a Rina para llevársela a la fuerza.

Ella sin duda se resistió a eso, e intento sujetarse con lo que sea, incluso penso en tirarles lo que sea que tuviera, armando un desastre por saber que ellos querían llevársela, y uno de los hombres tomo un puñado de su cabello, y jalo con mucha fuerza para evitar que se fuera, causándole mucho daño y que gritara por el dolor, y que saco leves hilos de su cabello, para que luego la noquearan.

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Eso fue todo lo que recordaba.

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Hasta hay quedó eso. Y tuvo más que suficiente para ver en donde estaba, su visión volviendo a ser como antes.

Lo primero que vio fueran los barrotes de acero frente a ella, un pasillo medio oscuro, iluminado por luces naranjas, además de notar que el lugar parecía no tener mucha construcción, por lo que deberían de haberlo echo bajo la tierra, y sin mencionar que... ella no era la única.

Levantándose del suelo, sujeto su cabeza, justo en donde la habian golpeado, aun dolía.

Mirando más de cerca, pudo ver que ella no era la única que estaba hay.

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Habían más.

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No solo además hombres y mujeres, también habian niños, cada uno de ellos encerrados en jaulas, algunos llorando por querer irse.

- ... donde estoy?

Rina quiso levantarse, pero apenas estirar el pie, pudo notar una cadena atada a su tobillo izquierdo, impidiendo su movimiento.

Sea quien sea quien la trajo aquí, no quería que escapara. Como podría de todos modos.

Apesar de ser una demonio, era inutil.

No tenía la suficiente magia o experiencia para hacer un portal de la nada, y que saliera de donde sea que se encontrara.

Estaba entrando en pánico, un miedo recorría su cuerpo de no saber en donde estaba, y ver que era prisionera en un lugar desconocido.

Miro más de cerca a los civiles, uno de ellos con cabello negro y manchas rubias en los laterales de su cabeza, entre muchos otros que estaban asustados de no saber que hacían ahí.

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Escucho pasos, y se acerco más a la pared a la que se encontraba y todos los demás prisioneros, empezaron a temblar.

2 tipos, ambos vistiendo ropas negras y que mandaban autoridad por lo rudos que se veían, además de tener katanas enfundadas en sus cinturas.

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