Arco 0:Tan distante.

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Algunos años habían pasado, años dónde el pequeño Issei empezó a desarrollarse, tanto su cuerpo como sus pensamientos e ideales.

Tenía la edad de cuatro años, pero había algo que ciertamente era un dolor para los padres y hermanos de él.

No convivía con ellos, con sus padres estaba muy distante pero con sus hermanos no los tenía ni en cuenta, era como si no existieran para él.

Esto había causado dolor en la amorosa familia Hyoudou. ¿Por qué el chico era tan distante con sus hermanos? ¿Por qué también lo era pero en menor medida con sus padres?

Issei veía el dolor de sus padres, pero con todo el dolor de su corazón tenían que entenderlo, no eran sus hermanos realmente…o al menos para él y sus padres eran un poco distintos según él, tenían las mismas actitudes, cuerpos y demás características…pero la esencia del amor a un solo hijo como lo era él no estaba.

¿Era egoísta? Bastante si se lo ponía a pensar, pero no podía vivir con ese pensamiento, aunque seguía agradecido que sigan siendo tan detallistas y amorosos como lo eran en su infancia, su madre guardaba muchas fotos de él al igual que sus hermanos, pero Issei simplemente no sonreía o muy pocas veces lo hacía.

-Onii-chan, ven a jugar con nosotros- decía una pequeña de cinco años junto a un castaño y un “un chico” de igual cabellera castaña, la había llamado su “hermana” Izumi Hyoudou, una chica de cabellera castaña, representativa de los Hyoudou.

-¡Es cierto, Issei-nii! ¡Irina se va hoy!- Declaró su hermano mayor, Zac Hyoudou al llamarlo a Issei, ambos hermanos eran muy protectores con el pequeño pese a que nunca sintieron que Issei quiera unirse a ellos.

Detrás de ellos se encontraba un “niño” de pelo castaño que seguía a los dos hermanos, aunque se notaba que estaba un poco más pegado a Zac que a la pequeña Izumi.

El grupo de los tres pequeños querían traer al cuarto, a Issei Hyoudou quien había empezado a abrir los ojos para encontrarse con su hermana cerca de él extendiendo su mano.

Sin embargo, el niño pese a tener solamente un año menos que sus hermanos, mostraba signos de “madurez” y no estaba interesado en jugar con ellos.

-Lo siento, no me interesa jugar con ustedes- Finalizó Issei antes de levantarse para sacudirse su ropa, había sido manchada por los juegos de ellos, poco a poco empezó a retirarse mientras sus hermanos tenían una mueca un tanto deprimida.

-¿Otra vez paso, no?- Preguntó una voz detrás de los niños quienes asintieron mientras se daban vuelta para ver que efectivamente se trataba de Miki, la madre de los Hyoudou’s.

-Sí, Okaa-san, otra vez…- Respondió Izumi, un poco dolida por el trato que recibía de su hermano menor, parecía despreciarla pero no lo era, simplemente se negaba a jugar con ellos y compartir momentos juntos.

La madre al ver el estado de los pequeños, simplemente acarició la cabeza de su hija con mucho amor y cariño.

-No te preocupes, mi pequeña Izumi. Issei es alguien que tiene diferentes gustos en cuanto a ustedes, por eso no juega mucho…tal vez si conocen sus gustos podrían empezar a jugar y pasar tiempo juntos- La madre aconsejó a sus hijos y al “chico” castaño.- ¡Vamos! Vayan a divertirse que pronto Shidou-san deberá viajar con su familia- Dijo la mujer animadamente antes de que los tres niños recordarán eso y empezarán a correr mientras reían.

La madre de los pequeños se quedó ahí, viendo y contemplando a su hijo menor apoyado en una de las paredes mientras parecía dormido, antes de empezar a acercarse a paso lento.

DxD:Regreso al pasado.Where stories live. Discover now