DxD:Regreso al pasado.

Arco 0:Confusión.

Que extraño es el amor a veces.

Es un arma de doble filo, para algunos es lo más hermoso que puedes tener, para otros es un dolor más a su dañado corazón. 

Yo...lo tuve a ese amor por una persona.

Hyoudou Issei, mi prometido.

¿Prometido? Sí, él se volvió mi prometido luego de derrotar a mi padre para cancelar mi compromiso, pero en ese momento no hice nada. 

Supongo que es mi culpa...pero...¿Podía hacer algo en ese momento? 

La respuesta es...no lo sé. 

Nunca di un paso más para intentar tener una relación, tampoco intenté hacer algo para revertir esa situación así que no pude averiguar si él me amaría como yo lo hacía...y hago. 

En ese momento cuando lo perdí, tuve un tormento en mí corazón que se hacía más grande. 

"Aprende a apreciar lo que tienes, antes de que el tiempo te enseñe a apreciar lo que tuviste". 

Yo tuve la oportunidad y no la aproveche, tenía momentos para hablar con él, pero nunca lo hice. 

Me hace mal a mi corazón, no el hecho de perderlo...el hecho de no intentar nada para remediarlo en ese tiempo. 

-...-Un suspiro salió de sus labios mientras se dirigía a su clase, estaba en segundo año actualmente, había muchas dudas en su corazón y decisiones que serían fáciles para algunas personas, pero para Kiyome no lo eran. 

Aún no había obtenido las respuestas que quería, pero su corazón se sentía conforme con la situación ya que podía verlo nuevamente. 

Caminando por los pasillos de la academia podía ver cómo los estudiantes le enviaban una que otra mirada, ella era una belleza en toda la descripción de la palabra y eso no era mentir o exagerar. 

Simplemente daba una pequeña sonrisa, no estaba muy interesada en esto ya que había pasado su faceta estudiantil hace muchos años, solamente estaba enfocada en una sola cosa...o mejor dicho persona. 

Prefería quedarse callada, todos la verían como una loca si decía que era de otra dimensión o una viajera del tiempo. 

-~Que cansador es esto...~- Sin embargo, ya estaba un poco exhausta de las miradas lujuriosas, ella siempre fue víctima de esta clase de miradas. 

Llegó a su salón y procedió a entrar, siendo que había dudado si entrar o no allí. 

-Buenos días- Saludo un poco "animada" mientras se dirigía a su asiento, poniendo una pierna encima de la otra en una pose un poco comprometida para una mujer, pero no se veía nada debajo de allí, ella no dejaría que nadie la vea de esa forma, solo quería estar cómoda en su asiento.

-Buenos días, Kiyome-san- Una voz muy suave se escuchó en el salón, haciendo que Kiyome abriera sus ojos abruptamente y shockeada por unos instantes. 

Cabello carmesí, unos ojos azules y un cuerpo muy atractivo que era vestido por el uniforme de la academia, aún así sus grandes proporciones se podían seguir apreciando pese a las medidas de la ropa.