CAPITULO 3

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Al día siguiente con el sol asomándose, Milo no podía mantener a Bianca otra noche debajo de la cama, por lo que era preciso encontrarle un hogar o algo similar donde ella pudiera vivir temporalmente.

Su madre ya no se encontraba en casa, a esa hora ya había partido al trabajo. Bianca toda polvorienta y con el cuerpo adormecido, salió con dificultad del estrecho espació. Su cabello medio alborotado y sus ojos entrecerrados le daba un aspecto adorable a la mujer.

—Buenos días, supongo—bostezo Bianca tratando de quitar la suciedad en su ropa y piel.

—¿Dormiste bien? —pregunto Milo con un atisbo de miedo, mientras rellenaba una mochila con unas mudas, mantas y algunos alimentos.

—Terriblemente, me duelen los brazos y piernas...el frio no ayuda.—

—Lo siento, me hubiera gustado que duermas en mi cama, pero mi mama se hubiera dado cuenta —

Aquellas palabras se repetían en la menta de la chica, especialmente "dormir en mi cama", lo que provocó que sus mejillas tomaran un tono rosáceo.

—De todas formas, solo fue temporal. Hoy debo encontrarte un lugar para que pases la noche de manera digna—

—No importaría si estuvieras a mi lado... —Bianca se mordió la lengua un poco avergonzada, especialmente porque era una persona que apenas conocía.

Milo se detuvo en seco, se dio la vuelta y miró a Bianca con la boca entreabierta.

—¿Que has dicho? —

—No me importaría dormir en el piso, si estás conmigo —replico

—A mi si me importa tu bienestar, no podría dejarte a ahí abajo...¿estas enamorada de mí? —pregunto Milo tragándose por ese momento su timidez

La mujer le lanzo una mirada que hizo que su corazón se acelerara, los ojos rojos de Bianca se llenaron de determinación.

—Si, siento algo que no puedo explicar, pero estoy segura de que esta sensación es "amor" a primera vista. Milo, te quiero mucho —expreso Bianca abrazándose a si misma.

Una gran alegría envolvía al joven, ahora confirmaba que Bianca se sentía atraída por él, lo que significaba que su deseo ya estaba totalmente cumplido.

Milo sonriente, camino lentamente hasta estar enfrente de ella y levanto la cabeza para observar su rostro. Llevo una tímida mano a la mejilla derecha y la otra mano la paso por la cintura de la chica, que no hacía nada por detenerlo.

—Me dejas de verdad tocar tu cuerpo... ¿Por qué no me detienes? —susurro Milo, era la primera vez que con que hacia un toque algo íntimo a una chica.

—No lo sé, es extraño, me gusta la sensación. ¿Quieres hacer algo más? —

Milo sintió que todo su cuerpo se calentaba ante tal pregunta, ¿Era una invitación a que tuvieran una relación más íntima?¿De verdad estaba dispuesta a estar con él de esa forma?

—Siento que puedo confiar en ti, aunque te conozco apenas ayer, eres mi hogar como si me estuviera viendo reflejada en ti—añadió Bianca tomando la mano del con adoración.

—Sera mejor que te alistes para salir, no podemos perder más tiempo. —evito Milo, tratando de controlarse, aunque la cercanía de Bianca era muy tentadora.

La chica se apartó de él y Milo le entregó la mochila, sin decir nada más.

Antes de salir compartieron el desayuno dejado por la madre, Milo tomo sus ahorros en una bolsita de plástico y reviso los alrededores de a fuera por si algún vecino chismoso, los podría observar. Salieron con cautela y caminaron a paso rápido hasta estar una cuadra lejos de casa para comenzar su búsqueda.

LOVE FEITWhere stories live. Discover now