CAPITULO 9

1 0 0
                                    


Algo toco el torso de Milo, algo que lo movía con delicadeza pero obligándolo a despertar del delicioso letargo por la satisfacción sexual. El chico parpadeo un par de veces, vio unos pechos desnudos y pálidos. Mas arriba al lado derecho, tumbada sobre la almohada, la cabeza de Bianca descansaba boca abajo.

—¿Cuándo me dormí? —murmuró y se apartó los cabellos de Bianca que cubrían su rostro; en ese momento se dio cuenta que Bianca dormía encima de él, ambos totalmente desnudos. Con esa imagen, ya tenía una idea de que había sucedido.

—Mmmm... ¿Milo, que pasa? —balbuceó con voz somnolienta.

—Bianca quítate de encima, no puedo respirar —pidió el joven, sorprendido por el peso que ella tenía.

La mujer obedeció, se levantó con cuidado, y luego antes de contemplarlo se dio un gran estirón.

—Buenos días, cariño... —exclamo ella con tono seductor.

—No puedo creer que de verdad lo hayamos hecho —

—Fue hermoso, mi cuerpo está muy feliz. Hasta dejamos rastros en la cama —expreso Bianca con felicidad, tomando las sábanas manchadas.

—¿Dejamos sangre? —

— Si, es una prueba de mi virginidad arrebatada, ¿no te parece romántico? —

—No...bueno si tal vez, pero que pasara cuando los encargados del hostal vengan, ¿qué van a pensar? —

—Da igual, este lugar es para parejas. Ellos ya saben lo que sucede—

—Tienes razón, aunque es extraño —comento Milo quien rápidamente se levantó para vestirse.

—Milo, ¿Quieres que nos bañemos juntos? Podría ser divertido, ¿qué opinas? —pregunto Bianca

—¿Bañarnos?, ya tuve suficiente. Necesito volver a casa...mi madre debe estar preocupada —

Bianca frunció el ceño, pero decidió no decir nada. Tomo una toalla y su ropa antes de entrar al baño.

Milo estaba agradecido por haber podido experimentar tal situación, pero al mismo tiempo un mal presentimiento comenzaba a sentirse. Reviso su celular y se fijó que tenía varias llamadas perdidas de su madre.

"Me va a matar, estoy frito" pensó, sintiendo un atisbo de miedo.

Después de esperar un poco, Bianca salió del baño y se vistió en un par de minutos. Salieron del hostal rumbo a casa, Milo estaba somnoliento que constantemente se recostaba al hombro de su novia quien se mantuvo callada gran parte del viaje hasta arribar al alquilado cuarto.

—Quiero acompañarte hasta tu casa —pidió la chica, quien se aferró al brazo de Milo —Estas medio adormilado, será más seguro si te acompaño —

—Bianca no puedes...mi madre me está esperando —

— ¿Estas avergonzado de mí? —pregunto ella con un semblante serio, apretó los dientes y sus ojos comenzaron a aguarse.

— Claro que no...—

—Entonces déjame ir contigo, ¡Quiero conocer a tu madre! —

El chico no podía negarse, y menos después de todo lo que hicieron. Ademes recordó que ya le había comentado a su madre algo sobre ella, así que no debería haber problema. Exceptuando que no regreso a casa anoche.

—Demuestra el amor que sientes por mí, demuestra que soy importante para ti —expreso Bianca quien se arrodillo acariciándole la mano.

—No seas dramática, claro que puedes venir. Solo, no te pongas exageradamente cursi en frente de mi madre...—

LOVE FEITWhere stories live. Discover now