Capituló 10

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|Sara se separó de inmediato y se volvió a sentar en su silla con las manos temblorosas tomó su vaso de malteada y empezó a beber tratando de controlar el nerviosismo que le causaba.|

|A César solo se le dibujó una sonrisa en el rostro y mencionó.|

—Voy a ir a mi despacho hacer unas llamadas después nos iremos ¿Te parece bien? —le preguntó—

—Sí me parece bien ¿pero está seguro que no va a tener problemas en su trabajo?

—No te preocupes Sarita, ahora lo importante es que tengas ropa que vestir también voy a llamar a Ángel para que sepa que estás aquí a él le va a dar mucho gusto. Ahora sí me disculpas voy a atender esas llamadas y en un momento más nos vamos. —mencionó César poniéndose de pie, también algo nervioso y salió de ahí—

|Sara al ver que si había ido y que se había quedado sola dejó salir el aire que tenía comprimido dejándose caer en la silla por todo lo que le provocaba.|

|Después de un rato volvió de nuevo a la habitación y trató de ajustar su ropa lo más que pudo para no verse tan mal. Acomodó su cabello rubio oscuro y volvió a salir rumbo a la sala para esperarlo.|

|Se dejó caer en uno de los sofás ya que la sala era muy amplia y cómoda mientras que jugaba con sus pies algo desesperada porque llegara.|

—¿Ya estás lista? —le preguntó a su espalda—

|Ella cuando escuchó su voz de inmediato se puso de pie con una enorme sonrisa en su rostro.|

—Sí... ya estoy lista, pero cómo puede darse cuenta esta ropa no es la mejor así que va a tener que pasar vergüenzas conmigo.

—Es un riesgo que pienso tomar ¿Nos vamos?. —le dijo César con una sonrisa, ofreciéndole su brazo—

|Ella de inmediato lo tomó colgándose de él sacándole una leve sonrisa a César y salieron de ahí rumbo a la camioneta que estaba esperando por ellos, junto con su equipo de seguridad que en realidad no eran muchos.|

|Pocos sabían de su estancia en el país así que se sentía confiado en que nada le podía pasar más que todo porque no tenía enemigos y menos por esos rumbos.|

|Fueron a un centro comercial muy reconocido de la ciudad dónde podías encontrar de todo y de las mejores marcas.|

—Hemos llegado, quiero que compres todo lo que te guste y todo lo que te haga falta. —mencionó—

—¿Qué tanto puedo gastar? —preguntó sincera sacándole una sonrisa a César—

—No pienses en eso solo compra lo que te guste y lo que te haga falta, desde ropa, zapatos, o cosas personales.

—Pero necesito saber una cantidad, qué tal y me paso en el presupuesto y después voy a tener que trabajar como burro toda mi vida para poderle pagar, estas tiendas son bien caras todo te lo venden como si fuera traído de otro planeta.

|César al escucharla solamente sonrió y llevo su mano hasta su frente.| 

—Puedes comprar lo que gustes ya decidimos que no vas a trabajar te vas a dedicar a estudiar.

—Pues eso lo decidió usted, yo insisto en que debo de trabajar para no ser una carga. 

—Sarita... qué te parece si nos olvidamos de ese tema por ahora y te dedicas a comprarte lo que te guste, no quiero que te fijes en el precio ni en la cantidad que vas a comprar, solo compra lo que te guste y lo que te haga falta.

—Está bien... solo porque insiste pero después no quiero reclamos. —pronunció Sarita, viendo por todos lados emocionada sin saber por dónde empezar—

The Káiser (Reyes de la oscuridad pt2) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon