Capituló 55

92 13 0
                                    

|Sara abrió los ojos lentamente reconociendo la hermosa habitación en la que se encontraba, estaba desnuda solamente cubría su cuerpo con una sábana de seda, se giró y extendió uno de sus brazos palmeando con su mano el colchón buscándolo dándose cuenta que estaba sola en cama.|

|Se sentó aclarando su vista y tomó con sus manos la orilla de la sábana de seda y se cubrió sus pechos desnudos.|

|Llevó su mirada hacia el enorme ventanal de cristal que daba a la terraza y pudo observar que a pesar de que las persianas estaban cerradas, los reflejos de la luz del día se lograban apreciar.|

|En eso la puerta se abrió y ella dibujó una sonrisa en el rostro al verlo ingresar con una charola de alimentos, estaba recién duchado y con ropa cómoda.|

—Buenos días Sara. —mencionó yendo hacia ella, colocando el desayunador sobre la cama, se acercó y le dio un suave beso en los labios—

—¿Y esto? —le preguntó con su corazón acelerado, viendo el delicioso desayuno qué le había llevado hasta la cama que contaba con panqueques, fruta, un vaso de jugo y una hermosa rosa recién cortada del jardín—

—Hoy quise preparar yo mismo el desayuno para mi esposa y consentirla por todo el tiempo que he estado ausente en tu vida mi amor. —respondió sentándose a su lado dándole un suave beso en su mejilla, haciendo sonreír a Sarita por todo el amor que le demostraba—

—¿Tú cocinaste? —le preguntó viendo todo perfectamente bien elaborado—

—Por supuesto mi amor. ¿Acaso dudas de mis habilidades culinarias? —respondió con una sonrisa haciendo que Sara soltara en carcajadas—

|Ella emocionada se giró hacia el y se colgó del cuello de César y lo empezó a llenar de besos ruidosos por todo su rostro.|

—No sabía que los emperadores se metían a la cocina y mucho menos que cocinaran.

—Y nadie lo tiene porqué saber, este va a ser un secreto entre tú y yo, no quiero que piensen que soy un mandilón o peor aún que duden de mi poder. —dijo guiñando un ojo coqueto—

—Será nuestro secreto te lo prometo. —mencionó Sara con su corazón acelerado y sonrojada—

|César tomó los cubiertos y con cuidado tomó un trozo de fruta y lo llevó hasta su boca para ofrecerlo.|

|Ella emocionada y sonrojada lo aceptó empezando a disfrutar del exquisito desayuno dejándose consentir.|

—¿Estás contenta Sara? —le preguntó acariciando con dulzura su cabello, depositándole un suave beso en uno de sus hombros—

—Desde que desperté en esa clínica no me había sentido tan feliz como hoy, a pesar de que no recuerdo nada sé que este lugar es mi hogar y que tú eres lo más importante para mí. —dijo con voz dulce observándolo a sus ojos celestes—

—Perdóname mi vida, perdóname por no haberte cuidado lo suficiente, perdóname porque pasaste por todo ese sufrimiento. —mencionó acercándose a ella pasando su mirada por sus brazos, viendo con claridad las marcas y algunos hematomas dónde le colocaban ese medicamento que la estaba dañando—

|Sara llevó una de sus pequeñas manos hasta su rostro regalándole una suave caricia.|

—No tengo nada que perdonarte porque ahora sé que tú no tuviste la culpa de lo que ha pasado.

—Mi Sara, mi amor. —mencionó abrazándola a su cuerpo con todo el amor que le tenía y que lo hacía sentirse feliz por estar nuevamente a su lado—

|En eso escucharon que tocaron a la puerta, César se separó de ella para ver de quién se trataba encontrándose con John que le pidió hablar con él.|

The Káiser (Reyes de la oscuridad pt2) Where stories live. Discover now