24. 𝘾𝙤𝙧𝙧𝙚𝙘𝙩𝙤

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Las chicas no paraban de mirarlo, incluso mientras comía, así que era un poco incómodo para él, pero le habían hecho comentarios muy lindos, incluyendo Ryujin. Le gustaba, pero en aquel momento, ya resultaba asfixiante para él.

Cuando acabaron de comer, Chan lo cargó de nuevo y se lo llevó al cuarto, SeungMin comenzaba a creer que él disfrutaba mucho cargarlo, porque se lo llevaba como si no pesara nada y además lucía divertido con la tarea, aunque para SeungMin no era nada divertido, sino más bien vergonzoso, el hecho de no poder ni caminar por cuenta propia era desesperante.

—Alza tu camisa. —Mencionó Lia, ella había llegado detrás de ellos, diciendo que había algo que había olvidado hacer.

—¿Eh? —La miró confundido, ella sostuvo lo que parecía ser un spray.

—Es para los moretones de tu abdomen, solo será un segundo.

—No quiero que mires. —Argumentó, ella no sabía qué responderle porque entendía que a él le daba vergüenza, y tampoco era correcto mencionarle que en realidad, ya habían visto todo, ella y Chan.

—No miraré. —Ella se llevó la mano libre a los ojos y puso el spray frente a ella, él miró a Chan y el chico de igual forma volteó para no mirarlo, al final se levantó la camisa y le indicó a la chica que coloque el spray, asegurándose de que al menos cubra bien su piel.

Cuando ella se fue, vio a Chan tomar una sábana, sentarse en la silla y colocar un poco de su cuerpo sobre la orilla de la cama.

—¿Qué haces? —Preguntó cuando Chan se acomodó mejor en la cama.

—Te haré guardia toda la noche.

—¿Sentado? —Chan asintió, sin problemas.

Él había estado haciendo eso, no le preocupaba estar incómodo, dormiría incluso en cajas con tal de saber que SeungMin dormía cómodamente, pero en ese momento, el menor no parecía feliz con la idea, aún cuando antes si lo había dejado dormir sobre cajas.

—¿Por qué no vienes acá conmigo? —Se levantó incrédulo cuando oyó eso venir de SeungMin, el menor lo miraba con un puchero en el rostro, ¿de verdad había dicho eso? —Ven aquí, Chan.

Negó, dejando de mirarlo, si SeungMin lo estaba probando ahora de verdad debía confiar en su autocontrol, porque la idea era demasiado tentadora, y él era muy débil ante cualquier cosa que SeungMin le diga.

—Me salvaste, te lo mereces, Chan.

—No necesito que me pagues, no lo hice para recibir algo de ti.

SeungMin no supo qué decir ante su respuesta, se quedó pensante y llegó a la conclusión de que Chan creía que él lo hacía para devolverle el favor de haberlo salvado, cuando realmente no era así.

—No te estoy pagando, estoy confiando en ti. —Chan lo miró sorprendido. Pero cuando el silencio reinó, SeungMin volvió a cubrirse con las sábanas, derrotado ante el hecho de que el mayor no accedería. —Haz lo que quieras, me sentiría mejor teniéndote a mi lado.

—Joder, SeungMin. —Chan saltó de la silla. —Será mejor que esto no sea un intento tuyo por probar mi autocontrol, porque estoy jodido. —Se quitó los zapatos y levantó la sábana, escabulléndose debajo hasta dar con el cuerpo de SeungMin.

De forma enojada, lo pegó a sí mismo, y luego el menor soltó una risita. Sus pequeñas manos llegaron hasta su pecho y apretaron la tela de su camisa, Chan sentía como si una horda de zombies corrieran por su estómago, hace varios días había admitido a sí mismo que estaba completamente enamorado de SeungMin, y la cercanía con él se sentía increíble. Él ya no lo estaba rechazando, ya no lo apartaba, ahora incluso le pedía estar más cerca, entonces Chan quería mentirse creyendo que el menor solo buscaba en él la sensación de seguridad que necesitada.

De la A(mor) a la Z(ombies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora