25. 𝘾𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙤 𝙩𝙚𝙧𝙢𝙞𝙣𝙚

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Lo primero que SeungMin sintió al abrir los ojos fue que algo andaba mal, lo siguiente que sintió fue un vacío a su lado en el colchón y luego la desesperación lo invadió al darse cuenta que Chan no estaba a su lado.

Debido a los zombies y a recientes sucesos, se había acondicionado a sí mismo a dormir alerta de cualquier peligro, entonces su instinto le exigió levantarse como un muerto del colchón e ir a buscar a Chan. Se levantó tan rápido que las heridas en sus piernas ardieron, pero no le importó porque al ver la oficina vacía lo único en lo que podía pensar era en encontrar al mayor.

—¿Chan? —Llamó una vez que salió de la oficina, pero no hubo respuesta, así que caminó hasta la puerta del baño. —¿Chan? —Incluso tocó la puerta, pero no hubo respuesta alguna y él comenzaba a desesperarse.

Calma, SeungMin. Se dijo a sí mismo.

Después de tantas cosas que habían pasado, algo tan simple como despertar y no encontrarlo a su lado lo hacía sentir tan ansioso, así que rebuscó en cada rincón de la tienda.

Nada, Chan no estaba.

Estaba pensando en las tantas horribles posibilidades hasta que escuchó un ruido provenir de los pasillos del interior de la tienda, y con miedo y sigilo caminó hasta intentar averiguar qué era lo que producía ese sonido. Respiró hondo cuando notó que venían de la escalera que daba al techo y luego las piernas de Chan aparecieron por su campo de vista, colgando de la escotilla.

—¿Chan? —Llamó de nuevo, esta vez el rostro del mayor asomó por el hueco, logrando que se tranquilice. Este probablemente sintió la intranquilidad del tono de SeungMin, así que bajó de prisa para llegar hasta él.

—¿Qué estabas haciendo allí arriba? Son como las 4 de la madrugada. —El mayor quedó mudo, sin saber qué responderle.

—Quería ver el amanecer. —Se excusó, de la forma más tonta que pudo. SeungMin pareció pensarlo, analizando, Chan sentía como si él supiera que estaba mintiendo, pero al final el menor asintió y de nuevo volvió a tomarlo de la manga de su sudadera para llevarlo hacia la oficina.

Chan se había quedado pensando en la forma en la que SeungMin había protestado al verlo bajar del techo, y después había formulado un puchero enojado. El menor de vez en cuando actuaba como un niño pequeño a su lado, cada vez había más y más cosas que descubría de su personalidad. Parecía una persona nueva, como si la nueva confianza que le tenía hiciera que su verdadero yo salga, solo con él.

Porque si, su angelito era como un niño pequeño, adorable y lindo solo con él, y eso le gustaba mucho.

SeungMin paró frente al colchón y luego se volteó hacia él. —Acuéstate primero. —Ordenó, y como Chan era un esclavo de las exigencias de su ángel, siguió la orden, quedando boca arriba en el colchón.

Vio a SeungMin sentarse con esfuerzo por el dolor de sus piernas, pero no importa cuanto lo hayan obligado a hacer reposo, él fue obstinado, y por eso mismo dejó que él solo llegue hasta el colchón, sin embargo lo que lo dejó en shock en su lugar fue que al llegar hasta él, el menor pasó una pierna por encima de su cuerpo, y se acomodó justo arriba, con las piernas a cada lado de su cintura, para luego juntar sus pechos y usar al propio Chan como colchón.

El mayor tenía los músculos tensos, tenía a SeungMin tan cerca, y a pesar de haberlo tenido cerca en numerosas veces anteriores, esta vez se sentía tan diferente, porque sus preciosas piernas estaban rodeando su cintura. Chan trató de respirar, quería ignorar la cercanía que lo ponía tan nervioso, había tenido encuentros más íntimos con mucha gente pero nada había hecho que su corazón bombé con tanta fuerza como en ese momento, tal vez el menor ya había escuchado su corazón al tope.

De la A(mor) a la Z(ombies)Where stories live. Discover now