•02| Una noticia no tan buena.

6.9K 857 187
                                    

Manada Kamari, Corea del sur.

Presente día.

Los dolores de cabeza siempre son frustrantes, más cuando tienes deberes y cosas importantes qué resolver. Por lo general, un dolor de cabeza lo clasificamos como un dolor que todo el mundo ha experimentado en un momento de su vida, más si esa persona se considera enfermiza.

Y ni hablar cuando es resaca. La maldita resaca, esa que justo ahora Jeon Jungkook torturaba sin parar.

Llevaba solamente dos minutos despierto, los suficientes para entender que le esperaba un día largo y tormentoso con la reacción que hace unas horas estaba disfrutando tanto.

Un pequeño quejido hizo que Jungkook llevara su vista hacia el otro lado de su cama, viendo la espalda descubierta de su compañía. El cabello largo, negro y desordenado daban claras señales de lo ocurrido anoche. La suave sábana blanca cubría ambos cuerpos desnudos en la parte inferior, dejando la parte superior descubierta. Jungkook sintió su piel estremecerse debido a la fría temperatura de esa mañana. Estando en verano era raro que hiciera frío, sin embargo, Kamari y Busan pareciera que siempre se encontraban en épocas navideñas, con una temperatura muy baja a comparación a otros lugares.

Jungkook jamás se quejó de eso, al contrario, estar en esas temperaturas era el mismo cielo para él. Prefería mil veces bajas temperaturas que altas. Estaba plenamente acostumbrado a tal maravilla, que pensar en calor sólo alteraba su sistema.

Sin darle importancia a otros asuntos más que el pesado y cansado trabajo que tenía por delante decidió pararse de la cama, sintiendo cómo su parte inferior se acoplaba a la temperatura ambiental. Escuchó un quejido ser soltado por la persona contraria debido al movimiento brusco, cosa que hizo a Jungkook rodar los ojos, ignorando el quejido.

Cuando se vistió de la parte inferior con un pantalón holgado gris se dirigió a su despacho, parándose justo en frente del gran ventanal que daba a la entrada principal. Sacó del cajón de su escritorio una caja de cigarros, justamente sus favoritos para después, prenderlo mientras observaba los escoltas y trabajadores generales de la mansión Jeon. Era una rutina que se instaló desde el primer momento en el que sus padres lo ascendieron de poder, dejándolo como jefe y líder oficial de la manada y mafia Kamari. Esto nunca le llegó por sorpresa, pues no faltaba ser tan listo para saber que él sería quien tomara ese gran puesto en su familia. Aún si él era el menor de dos hijos de la rama principal de los Jeon, no quedaba más que agarrar aquél orgulloso paso en la historia Kamari.

La puerta dio dos toques, y aun sin ser abierta, Jungkook sabía quién se encontraba tras esa madera. Ese era uno de sus tantos puntos de ser un alfa dominante, que aún con supresores podía oler las feromonas de cualquier jerarquía, y estaba realmente orgulloso de eso.

—Pasa, Mingyu —ordenó con voz ronca, soltando el humo detenido por su boca.

La puerta se abrió, dejando ver a un alfa totalmente de negro, justo igual que cada trabajador en aquella mansión. Su cabello negro perfectamente peinado, dejando solamente unos mechones rebeldes en su frente.

—Mi lord, buenos días —Mingyu saludó, haciendo una reverencia—. La señora Jeon me pregunta si bajará a desayunar.

—Dile que no —respondió seco sin despegar sus ojos negros de aquel ventanal—, Puedes retirarte.

Mingyu hizo una mueca, asintiendo lentamente como si el azabache estuviera viendo sus facciones. Salió lentamente de la habitación, y justo cuando se disponía a cerrar la puerta habló—: ¿No se le ofrece nada, mi lord?

Jungkook, desinteresado y prestando más interés en aquella gran entrada adornada con flores inhaló una vez más del cigarrillo en sus manos, dejando un silencio en aquella conversación.

Kamari Kingdom ➤ kookvWhere stories live. Discover now