Kamari Kingdom ➤ kookv

•05| Bienvenido a Kamari.

Manada Kaida, Corea del Sur.

Dos toques fueron dados a la puerta de madera. Jimin, quien se encontraba en su celular recostado en su cama levantó su vista, dando un "pase" a quien sea que estuviese del otro lado.

La figura de Taehyung se hizo presente cuando la puerta se abrió, haciendo que Jimin rápidamente apagara su celular y se sentara correctamente en la cama.

—Hola... —saludó Taehyung, avanzando hacia la gran cama del omega—... ¿Cómo estás?

—Bien, supongo —murmuró Jimin, jugando con sus dedos en su regazo.

Le era imposible levantar su vista y ver cara a cara a su hermano. Aún estaba enojado por la decisión que tomó Taehyung, pero al mismo tiempo comprendía que estaba siendo un egoísta; que no contemplaba en donde estaba y quien era, por lo tanto, sus sentimientos eran una marea de emociones.

—Sé que no lo estás... dejas salir muchas feromonas con tus emociones.

—Ya se me pasará —Jimin le dedicó una pequeña sonrisa al gamma—. ¿Qué ha pasado?

—¿No puedo venir a platicar con mi hermanito?

—Claro que puedes, sólo que ya no lo haces como antes.

Taehyung bajó su mirada, colocando una mueca en sus labios. Jimin tenía razón, tenía mucho que no pasaban tiempo juntos, pero ahora era distinto. Hace unos años para ambos era tan distinto todo, no tenían las mismas responsabilidades, mucho menos les hablaban de ello, simplemente eran niños jugando de un lado al otro.

—Sí, y lo siento por eso... pero todo ha cambiado, y eso no significa que nuestra hermandad lo haga —Jimin asintió. Entendía perfectamente lo que era ahora Taehyung, más bien, en lo que se había convertido su hermano.

—Yo... de verdad quiero es beca, Tae... —susurró el omega después de unos segundos de puro silencio.

—Yo sé que sí, Chim. Y la tendrás, solo confía en mí y dame un poco de tiempo. Ahora con el matrimonio con la manada Kamari tal vez sea más sencillo.

Jimin bajó su mirada, y Taehyung frunció su ceño al inhalar las feromonas de tristeza y dolor que desprendía sin control su hermano.

—¿Pasa algo? —Jimin rápidamente negó, levantando su vista con sus mejillas sonrojadas y ojos a punto de explotar en llanto.

—No quiero que te vayas, es todo —explicó. Taehyung asintió, regalándole una pequeña sonrisa.

—Hablando de eso... me iré mañana a Kamari —Jimin abrió sus ojos con asombro, jugando con sus manos en su regazo.

—¿Tan pronto?, ¿Lo conocerás tan pronto?

—No, no iré a eso. Tengo otros asuntos qué hacer primero, pero quería comentarte por si quieres que te traiga algo de allá.

Jimin asintió a la explicación de su hermano, mordiendo su labio inferior. —¿P-puedo ir contigo? Prometo portarme bien, aceptaré a los guardaespaldas que quieras...

—Aunque yo quisiera llevarte no puedo, Chim... —Jimin soltó un suspiro—... El ex Rey de Kamari me mandó un pase a su Reino, pero solamente yo puedo pasar. Lo siento.

Jimin le dio una sonrisa a su hermano, negando frenéticamente con su cabeza. —Está bien, Tae, lo entiendo. Ya será en otra ocasión.

No hay peor dolor que el de ver a un hermano sufrir. Eso era lo que veía y lo que podía sentir Taehyung al inhalar sus feromonas y al verlo a él. Kamari era un reino prácticamente nuevo para cualquier integrante del Linaje de Kaida o perteneciente de ella. Hace mucho se decretó que lo ideal era mantener las tierras de ambos muy separadas, llegando al acuerdo de que ningún integrante de la manada contraria pisaría tierras vecinas, y si alguien lo hiciera, tendrían el derecho de matar a quien se atreva a contradecir la ley.