🪷 Capítulo 25 🪷

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La zona de misión se encontraba situada muy al sur de la capital. Normalmente, la distancia era de más de una semana, pero se tenía previsto llegar en dos días debido a que había una puerta mágica intermedia. Además, el viaje no sería difícil porque se usaría un carruaje mecánico.

Sin embargo, las expresiones de los soldados no eran buenas.

¿Por qué, de entre todos, debían acompañar a los Caballeros Negros...? En principio, eran soldados que no pertenecían a los caballeros, por lo que no podían ocultar su descontento.

No era solo que los Caballeros Negros fueran un grupo de lunáticos, sino que el grupo incluía a una Princesa considerada una bomba de tiempo andante.

—Es desafortunado, ¿por qué nosotros...?

—Así es.

Los soldados murmuraron mientras miraban a la Princesa montaba en un caballo blanco frente a ellos.

Sin importar la duración del viaje, seguramente sería difícil para una Princesa que creció en un Palacio Imperial lleno de lujos.

—Nos insultará a todos.

—Sir Gray también es una persona que nos trata como insectos... Supongo que lo pasaremos mal.

Los soldados estaban desmoralizados desde el principio, esperando tener que soportar las maldades de la Princesa. Sin embargo, sus preocupaciones eran infundadas.

Agnes no frunció el ceño ni una sola vez hasta que llegaron al primer campamento. Tenía una expresión brillante en su rostro todo el tiempo y no se quejó, como si se tratara de una persona en plena excursión primaveral.

«Un picnic con mi favorito.»

El sol era cálido, el viento refrescaba y la brisa era suave.

Agnes disfrutó del viaje, observando cómo el cabello de Kaylo revoloteaba con el viento.

La vista era magnífica.

Kaylo, que iba delante, notó la mirada sombría de los soldados y miró a Agnes.

Agnes tenía una expresión brillante en su rostro, sin saber que estaba causando el malestar de los soldados.

A Kaylo no le gustó eso.

¿La Princesa acaso creía que estaban en medio de un picnic? Bueno, como creció en un Palacio seguro toda su vida y nunca experimentó nada peligroso, seguro pensaba que era un paseo.

Kaylo recordó la mirada de Raymond Spencer antes de abandonar el Palacio Imperial.

«Bastardo descarado.»

Si lo pensaba bien, Raymond Spencer y la Princesa tenían la misma naturaleza.

La mirada de sus ojos como si observaran a un insecto de estatus inferior, y el desprecio junto al desdén que se veía de forma natural.

Por un momento, Kaylo sintió lástima por la Princesa, de quien Raymond había abusado verbalmente por su culpa. Sin embargo, cuando vio su expresión disfrutando de las flores, no pudo reprimir la sensación de querer echarse agua fría.

—Esta misión será dura. Monstruos parecidos al de antes aparecerán en cantidades —dijo Kaylo con voz seria.

—¿Es así?

Como la última vez estuvo completamente cubierta por sangre de monstruo, la Princesa aún debía sentir miedo.

A pesar de que Kaylo deliberadamente mencionó la historia del monstruo para asustarla intencionalmente, la expresión de Agnes era brillante.

La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now