La Princesa otaku trabaja duro hoy

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Agnes usó su riqueza para hacer realidad uno de sus deseos como fan.

Un gran tablero electrónico colgaba en la Plaza Central de la capital. Era una herramienta publicitaria utilizada a menudo por los nobles o aquellos con riqueza solían usar para promover sus negocios.

Allí, en el tablero electrónico, aparecía una foto de Kaylo vistiendo el uniforme de los Caballeros Negros.

La foto, con el dobladillo de su capa volando cuando soplaba el viento, era tan bonita que incluso lo admiraron quienes normalmente pensaban que Kaylo no era bueno. Y al pie de la foto, había escrito un mensaje cariñoso diciendo "Gracias por nacer".

El primer día que se publicó el anuncio, Benjamín Gray, que iba de camino a encontrarse con un amigo, lo descubrió por casualidad.

«¿Qué es eso?»

Este camino era un camino muy transcurrido a diario, y muy cerca había un salón donde se reunían amigos para disfrutar juegos.

Inicialmente, esta zona era el centro del centro de la ciudad donde se reunían nobles y comerciantes ricos. Como era un lugar así, los anuncios de grandes empresas dirigidas por nobles se publicaban en el tablero electrónico más grande.

Benjamín también siempre miraba ese cartel cada vez que pasaba y soñaba con anunciar allí su negocio en el futuro. Sin embargo, allí estaba puesto el rostro del hombre que más odiaba.

«Kaylo Gray.»

Al principio pensó que había visto mal.

«¿Feliz cumpleaños...? ¿Qué demonios significa eso?»

Cuando revisó la fecha, descubrió que el número escrito en el letrero electrónico era el cumpleaños del hijo ilegítimo.

«¿Quién diablos haría una locura así? ¿Incluso le agradece por haber nacido?»

La existencia de ese inmundo hijo ilegítimo era una terrible vergüenza para sus hermanos y su madre.

¡¿Cómo era posible que anunciara el cumpleaños de un hijo ilegítimo?!

Benjamín estaba tan abrumado por la vergüenza y la humillación que ni siquiera pudo levantar la cara.

«Kaylo, ​​¿fuiste tú quien hizo esto?»

Si lo pensaba bien, no había nadie que hiciera algo así excepto ese bastardo de Kaylo.

Benjamín dejó de lado la reunión con sus amigos y regresó por el mismo camino por donde vino. Debía decirle de inmediato lo que sucedía a su padre, quien recientemente había estado diciendo cosas buenas sobre Kaylo.

«¡Padre, estás soñando!»

Su padre creía firmemente que Kaylo les presentaría a la Princesa a él y a su hermano Bradley. Sin embargo, a pesar de que el Baile de la Fundación ya había pasado, no hubo ningún contacto por parte de Kaylo.

«Ese hijo ilegítimo engaña a mi familia.»

Debía decirle a su padre de inmediato lo terrible que había hecho Kaylo.

Cuando estaba de regreso a su mansión, los pasos de Benjamín Gray se detuvieron.

—...

Benjamín giró la cabeza hacia un lado, sintiendo una extraña sensación de deja vú.

Estaba frente a una lujosa casa de té que, según se decía, era frecuentada por mujeres nobles debido a que era hermosa y elegante.

Escuchó que los chicos aristocráticos con los que jugaba habitualmente también hacían reservaciones en esa casa de té cada vez que tenían una cita con una chica.