🪷 Capítulo 31 🪷

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Kaylo podía jurar que fue una reacción involuntaria.

Ni siquiera era una mujer que le gustara. Si tuviera que decirlo, estaba más cerca de odiarla. Sin embargo, el cuerpo de la pequeña mujer apoyada en su pecho era extremadamente suave.

Aunque no estaban desnudos y claramente ambos usaban uniformes, el tacto suave de su piel se transmitía claramente.

Era completamente diferente a él, donde era difícil encontrar una parte de su cuerpo que no fuera dura.

Incluso el sonido de la respiración contra su pecho era suave.

Kaylo intentó recordar en su mente las venenosas palabras de Agnes y el desprecio en sus ojos, pero no tuvo mucho efecto.

El suave aroma que se filtraba por sus fosas nasales seguía estimulándolo. La estimulación era tan fuerte que se preguntó cómo era posible que su cuerpo pudiera calentarse tanto con solo una fragancia.

¿Es una fragancia parecida a las flores? ¿O es su olor corporal? La cabeza de Kaylo quedó en blanco cuando olió el aroma cálido y suave por primera vez en su vida. Era tan estimulante que, sin querer, deseaba meter la nariz en el cabello de la Princesa para saborear la fragancia.

¿Cómo era posible que una persona desprendiera semejante fragancia? Para Kaylo, que vivió revolcándose toda su vida en lugares áridos, el único olor corporal que podía percibir en los demás era el del sudor.

Sin embargo, en lugar de oler sudor, de Agnes solo se desprendía un aroma dulce.

¿Era diferente porque pertenecía a la Familia Imperial?

Para ser exactos, se trataba de un suave aroma floral y un refrescante aroma a melocotón.

Kaylo sintió como si su mente estuviera llena de niebla, así que sacó su carta secreta y empezó a recordar los rostros de aquellos a los que detestaba.

Raymond Spencer, su padre, su madre muerta, la esposa e hijos de su padre, los malditos Caballeros Blancos, la Princesa frente a él, ...

Afortunadamente, esta vez parecía estar calmándose. Sin embargo, el efecto no duró mucho tiempo debido a los ataques de Agnes.

—Lo siento, estoy perdiendo fuerza... —murmuró Agnes y sutilmente se recostó más sobre Kaylo.

«Mierda...»

Kaylo mordió su labio inferior y cerró los ojos.

A diferencia de Kaylo, cuyo momento era mortalmente aterrador, la mujer frente a él estaba muriendo de una manera diferente.

«Me muero.»

No significaba que estuviera muriendo realmente. Solo se trataba de una intensa expresión de felicidad.

Agnes estaba tan feliz hasta el punto de ponerse a llorar.

«Realmente no puedo creer que estoy atrapada en un pequeño espacio con mi favorito.»

Parecía que estaba recibiendo una recompensa por hacer muchas buenas obras.

Los brazos de Kaylo olían igual que su pañuelo. Aroma a almizcle mezclado con un ligero aroma a menta.

¿Cómo podía este hombre tener un olor corporal tan perfecto?

Agnes de repente sintió curiosidad.

En toda la historia del mundo, ¿existía alguna mujer que muriera tras apoyar su nariz contra el duro pecho de su amado? Estaba claro que probablemente sería la primera, y... Sería una muerte honorable.

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora