🪷 Capítulo 90 🪷

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La iluminación llegó de repente.

En el momento en que vio al soldado alardear de su prometida en el campamento, sus ojos se abrieron como si lo hubiera alcanzado un rayo.}


«¡Ah...! Supongo que estoy enamorado de la Princesa Agnes.»


Entonces, tan pronto como regresó, decidió confesarle sus sentimientos a la Princesa. Sin embargo, la noticia que escuché nada más regresar fue que había sufrido un grave accidente.

Se sorprendió por un momento, pero lo que escuchó después lo sorprendió aún más.


«Raymond Spencer ha sido borrado de la memoria de Agnes...!»


Se preguntaba si el cielo lo estaba ayudando, así que la visitó de inmediato. En realidad, no fue de inmediato... Esperó un poco hasta que se completó el artículo para regalarle a Agnes.

—Sí, eso es lo que sucedió —respondió Agnes como si no fuera gran cosa.

Al menos lidiar con Sirius Melville no era difícil porque a diferencia de Hazel Devon, él no lloraba de la nada.

Pero ese pensamiento se hizo añicos de inmediato.

—Por favor, acéptelo.

Sirius sacó una cajita de su bolsillo y la abrió.

Era un anillo grande con una gema azul incrustada en él.

La gema grande y de colores brillantes era tan hermosa que podía robar la atención de cualquiera.

Sirius estaba confiado porque si había un hombre en este Imperio que sabe cómo confesarse, ese es él.

Agnes miró fijamente la joya y luego levantó la vista. Entonces, vio a un hombre guapo con un rostro particularmente brillante y atractivo.

La voz de Agnes tembló cuando inmediatamente notó la sutil modificación.

—¿Qué está haciendo?

—Princesa... Puede que sea difícil de creer, pero tengo a la Princesa en mi corazón.

—No...

—Por favor, acepte mi corazón...

—¡Un momento!

Agnes lo interrumpió.

Sirius parpadeó sorprendido con sus bonitos ojos color menta.

—No, no quiero.

—... ¿Eh?

Agnes rechazó su confesión sin siquiera escucharla en su totalidad.

Sirius estaba estupefacto.

«¿Por qué?»

Si borró a Raymond Spencer de su memoria, no debería haber ningún problema, ¿verdad?

Agnes amablemente le explicó a Sirius cuando sus verdaderos sentimientos se revelaron a través de sus expresiones faciales.

—Sir Melville no es mi tipo.

—... ¿Qué?

Esta vez estaba aún más aturdido.

Para ser honesto, Sirius confiaba en no ser inferior a Raymond en términos de apariencia. Era un hombre tan atractivo que todas las mujeres de la capital se enamoraron de él.

La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now