🪷 Capítulo 128 🪷

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La fuerza física de la Princesa y la de él, que había entrenado toda su vida, era muy distinta.

Fue su error no tomar eso en consideración.

Pero...

Todo era culpa de la Princesa por ser generosa con él.

Kaylo esperó pacientemente, observando la atención de Agnes.

—Estoy bien. Simplemente no dormí lo suficiente.

Agnes habló tranquilamente y se recostó.

Quizás por ser una cama para una pareja, el colchón era muy suave y espacioso.

Kaylo simplemente se sentó en silencio y la miró.

Agnes lo miró sin comprender y estiró los brazos.

Kaylo fue directo a sus brazos y la abrazó, como si hubiera estado esperando su permiso.

Agnes le abrazó por el cuello y jugó con la suave nuca. Poco a poco, sintió que la mirada de Kaylo se volvía cada vez más ardiente.

Simplemente le dio unas palmaditas en la cabeza y sus ojos cambiaron...

Nunca pensó que sería un hombre tan corazón tan suave.

Kaylo, ​​respirando pesadamente, estiró la cabeza y besó la punta de la barbilla de Agnes.

Cuando hicieron contacto visual, Kaylo le devoró lentamente los labios.

Aunque le dieron un título y un territorio, todavía se consideraba un hombre de estatus humilde. Así que cada vez que abrazaba a la Princesa, apenas podía sentir que fuera real.

Lo estimulaba un extraño sentimiento de inmoralidad y posesividad. Al mismo tiempo, sentía que todas las cosas negativas enterradas en su interior estaban siendo purificadas.

No importaba lo que hiciera, la Princesa Agnes siempre lo aceptaba generosamente, así que seguía queriendo ponerla a prueba.

Cada vez que surgía un deseo anormal, Kaylo intentaba reprimirlo, pero Agnes lo hacía imposible.

En conclusión, Agnes aceptó todo lo que hizo. Incluso si se aferraba a ella, incluso si pronunciaba palabras vulgares para una mujer noble, o incluso si le pedía acciones excesivas, le aceptaba sea lo que sea.

Tenía miedo de acostumbrarse al cariño excesivo que sólo estaba disponible para él.

A veces sentía que se asfixiaba.

Pero con un sentimiento tan dulce, ¿no sería agradable morir asfixiado?

Tenía miedo de que ese afecto desapareciera en cualquier momento, por lo que se aferraba desesperadamente a Agnes.

—Princesa...

—Uhm...

Mientras jugueteaba con sus bonitos labios hasta que se hincharon, dulces sonidos salieron de esos pequeños labios.

Mientras Kaylo la miraba suplicante, Agnes asintió levemente.

Significaba darle permiso para continuar.

Las comisuras de la boca de Kaylo se alzaron de manera mezquina.

A Kaylo le preocupaba que se comportarse cada vez más de esta manera. Sin embargo, no podía evitarlo porque Agnes le daba permiso cada vez que la miraba con ojos tristes.

Se volvió más astuto y sus dotes de actuación mejoraron.

Agnes era muy débil ante su triste apariencia.

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora