🪷 Capítulo 54 🪷

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Agnes caminó silenciosamente detrás de la Santa y Hazel.

El lugar al que llegaron era un pequeño jardín desierto.

—¿Hasta dónde vamos a caminar? No hay nadie aquí, ¡así que hablemos ahora! —exclamó la Santa con voz enojada.

Hazel dejó de caminar y la miró con ojos fríos.

—¡Si tienes algo que decir, dilo! ¿Quién crees que se asustaría hablando a solas?

La Santa resopló como si estuviera muy enojada.

Agnes se escondió al final del pasillo y miró a las dos personas mientras contenía la respiración.

—Hah, si continúas cruzando la línea, estarás en problemas. Hay un límite a lo que podemos soportar.

A diferencia de la Santa extremadamente enfadada, la voz de Hazel era muy tranquila.

La Santa parecía aún más ofendida por esa actitud calmada.

—¿Cruzando la línea? ¿Dije algo que no debería haber dicho? ¡La pareja de Sir Spencer era originalmente yo! ¡Me lo robaste!

—Hah...

—¡Eres así desde el principio! ¡No te gusta la atención que recibo y estás celoso de mí!

Dos mujeres se peleaban por un hombre.

El corazón de Agnes latía con fuerza mientras miraba a las dos personas que se miraban con exasperación. Por supuesto, ver una pelea era entretenido.

—Princesa.

De repente, desde atrás alguien agarró el hombro de Agnes.

Agnes giró la cabeza en shock...

—¿Sirius?

—Sí, ¿qué está haciendo aqu-?

Agnes le cubrió la boca a Sirius con la palma de su mano antes de que pudiera terminar de hablar. Luego, con una expresión sombría en su rostro, siseó y lo empujó contra la pared.

A pesar de que no se trataba de una cantidad absurda de fuerza, Sirius no pudo moverse y se pegó a la pared mientras Agnes lo conducía.

—Silencio.

Agnes advirtió en voz baja a Sirius y miró a las dos personas que todavía estaban discutiendo. Por fortuna, ambas estaban tan absortas en su conversación que no parecieron escuchar la voz de Sirius.

—...

Sirius hizo lo que Agnes le dijo y mantuvo la boca cerrada sin decir una palabra, pero su corazón latía con fuerza y ​​gritaba internamente.

Podía sentir el calor corporal de Agnes a través de los finos guantes que estaban sobre su boca. Además, Agnes estaba cerca de él, presionándolo contra la pared...

«Demasiado cerca.»

Sus cuerpos no estaban tocándose, pero la distancia era corta. Si las cosas siguieran así, sería una situación difícil.

Sirius lentamente agarró la muñeca de Agnes, entonces ella frunció el ceño y lo miró fijamente.

En el momento en que los ojos de Sirius se encontraron con la mirada confundida de Agnes, su corazón latió con fuerza como si se hubiera encontrado con una bestia salvaje.

¿Por qué...? La mujer, que era más joven que él y mucho más baja, solo le miró fijamente, pero... Curiosamente, no podía mover su cuerpo.

Por primera vez, sentía como si la energía de alguien le aplastara.

La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now