🪷 Capítulo 28 🪷

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La magia de purificación en sí no era tan agotadora físicamente, pero después de haber curado a tantas personas seguramente solo le quedaba un poco de fuerza.

—¿Podemos proceder con la purificación? No te ves bien, ¿estás mareada? —preguntó Kaylo al notar que Agnes le temblaban sus labios.

A Agnes le temblaba la boca porque había sonreído mucho, pero no desaprovechó la oportunidad.

—Ugh, me siento un poco mareada...

Agnes se tambaleó, agarró el brazo de Kaylo y apoyó la cabeza contra su hombro.

Sorprendido por el repentino contacto, Kaylo palideció. En lugar de sentirse sorprendido por el hecho de estar en contacto con Agnes, estaba ansioso de que hubiera algún problema con ella y que su propia seguridad estuviera en peligro.

Los que observaban la escena miraron a la Princesa con preocupación.

—¡Muevan a Su Alteza ahora!

En pánico, Kaylo ni siquiera se dio cuenta de que el título de Agnes había cambiado.

Agnes simplemente agitó la mano.

—¡No! Creo que solo necesito apoyarme un momento. Puedo purificar ahora, así que vayamos al río.

Kaylo miró a Agnes con desconcierto.

«Si sigue así...»

Ahora Agnes se aferraba a su brazo y estaba apoyando la cabeza en su hombro, por lo que le sería imposible caminar... Entonces, Kaylo se dio cuenta de lo que ella quería decir.

Significaba que debía llevarla en brazos como lo haría un sirviente.

Realmente era una Princesa hasta la médula. Aunque Kaylo fuera su superior, no le importaba que lo tratara como a su sirviente.

Kaylo no tuvo más remedio que apoyar la espalda de Agnes, poner el otro brazo tras sus rodillas y cargarla estilo princesa.

«¿Eh?»

Agnes, que solo esperaba apoyarse, se sorprendió mucho cuando Kaylo de repente la cargo como princesa.

«¿Qué pasa?»

La confusión sólo duró un momento, y pronto Agnes gritó internamente con alegría.

Kaylo la cargó y siguió al soldado y al jefe hacia la orilla del río.

Naturalmente, Agnes le rodeó el cuello con los brazos. De repente, sus rostros se acercaron mucho.

—¿Está bien? —preguntó Kaylo a Agnes, quien tenía los ojos cerrados.

El mareo parecía ser bastante severo, pero...

«Es mucho más ligera de lo que pensaba.»

La Princesa Agnes era tan ligera que a Kaylo le costaba creer que estuviera sosteniendo a una persona.

Por primera vez, se dio cuenta de que, por muy cruel que fuera la Princesa, al final era una mujer frágil. Además, los delgados brazos que rodeaban su cuello con tanta desesperación la hacían ver aún más vulnerable.

Era un cuerpo débil que solo dependía de él.

Kaylo sintió que su cuello temblaba de tensión sin motivo alguno.

Mientras tanto, Agnes, con los ojos cerrados, presionó su mejilla contra el fuerte hombro y disfrutó del momento.

El cuerpo de Kaylo, entrenado en el campo de batalla, era tan duro como una gran roca.

La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now