🪷 Capítulo 29 🪷

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—¡Princesa!

Kaylo se sorprendió e intentó ayudarla a levantarse.

Una sensación siniestra se apoderó de Kaylo mientras sostenía el cuerpo inerte en sus brazos.

—¡Necesito un lugar para trasladar a la Princesa ahora mismo...!

Kaylo, que estaba en pánico, ordenó encontrar un lugar seguro para acostar a la Princesa.

—Parece estar dormida, Comandante —dijo Anna, parada a un costado de Kaylo.

—¿Qué?

Kaylo finalmente recobró el sentido después de escuchar las palabras de Anna Montrose. Cuando miró hacia abajo, vio a Agnes en sus brazos, respirando suavemente como si realmente solo estuviera durmiendo.

—Debe estar cansada.

—...

Kaylo calmó sus frenéticos latidos y exhaló un suspiro de alivio. En sus brazos, Agnes se removía como si buscara un lugar más cómodo.

—Desplieguen el cuartel de inmediato.

Siguiendo las órdenes de Kaylo, los soldados se movieron afanosamente.

Debido a que el refugio no tenía suficientes edificios para que descansaran los caballeros y soldados, se instalaron cuarteles en el espacio vacío del refugio.

Kaylo, quien tuvo que cargar a Agnes todo el tiempo, entró una vez que se reorganizaron los cuarteles. Cuando la recostó sobre una cama cubierta con una gruesa capa de lana, un suspiro de alivio brotó de los labios de Kaylo.

Era como si su vida dependiera de la seguridad de la Princesa... La joya imperial que tanto apreciaba el Emperador.

Kaylo miró el rostro pacíficamente dormido de Agnes.

El rostro dormido parecía gentil y apacible, a diferencia de lo habitual. Era lo suficientemente noble como para ser considerada un ángel.

Kaylo sabía lo venenosos que podían ser esos ojos cerrados y lo afilada que llegaban a ser los labios pacíficos. Sin embargo... De alguna manera, en este momento, no podía recordar en lo absoluto las miradas y palabras que Agnes le dirigió con disgusto.

Aunque no hace mucho lo hacía sentir miserable y lo humillaba...

—Kaylo...

Agnes, dormida, se dio la vuelta y lo llamó por su nombre en sueños.

Kaylo se sobresaltó, como si le hubieran descubierto, y le retumbó el pecho.

¿Se despertó por casualidad? No, no fue así, pero, ¿por qué pronunció su nombre?

—... Te... Te...

El ceño de Kaylo se frunció ante las breves palabras que siguieron.

«¿Qué dice?»

—Gus... Gus...

«¿Gusano?»

Eso era sin duda lo más probable.

Esta mujer lo trataba como a un insecto incluso en sus sueños.

Kaylo la miró con expresión renuente y salió del cuartel. Mientras tanto, en el sueño, Agnes le proponía matrimonio.

«Kaylo... ¿Te gustaría casarte conmigo?»

Desafortunadamente, en el sueño, Kaylo rechazó su propuesta. No, sería más exacto decir que era una completa pesadilla.

La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now