3. You're on your own kid

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...

(Isabella's Version)

Se apresuró a caminar hacía donde se encontraban los chicos para colocar algo de polvo sobre sus rostros antes de que continuaran con las fotos, pues ya había pasado más de una hora de que habían comenzado y no pensaba permitir que algo arruinara aquella sesión que tanto valor tenía para ella y su futuro.

Mientras pasaba la esponja por el rostro de su primo, se resistió las ganas de soltarle un golpe para que se mantuviera quito ya que no dejaba de jugar con Matías, quien se encontraba detrás de ella tratando de picar las costillas de Juani mientras él intentaba hacer lo mismo y la usaban como escudo.

—Van a desquiciar a la pobre chicha —les dijo Enzo mientras tomaba asiento en una de las sillas del lugar y se cruzaba de brazos, observando con cierta diversión el espectáculo de los dos chicos.

—Muy cierto, ya estoy reconsiderando eso de trabajar con ustedes —asintió, sujetando con algo de fuerza la barbilla de su primo para confirmar que todo estuviera bien, quien hizo un puchero en respuesta.

Ella se limitó a negar con una sonrisa antes de girarse hacía Matías, quien justo había retomado la tarea de molestar a Juani, la cual resultó exitosa, aunque no tanto como esperaba, pues terminó picando las costillas... pero de Isabella.

La chica se llevó a las manos a la zona mientras hacía uso de toda su paciencia para no comenzar a maldecir al contrario en veinte idiomas distintos ya que había dolido.

Su primo se llevó las manos a la boca, primero por la sorpresa y después para disimular la risa que se quería escapar desde lo profundo de su ser; Enzo simplemente suspiró y negó con la cabeza, y Matías, a él se le estaba cayendo la cara de vergüenza mientras repetía "lo siento" una y otra vez.

Blass, otro de los actores que había participado con ellos en la película y había presenciado toda la escena desde el otro lado del estudio en el que se encontraran, se acercó a Matías para darle un par de palmaditas en los hombros.

—Amigo, que raras formas de coquetear tenés. —murmuró, antes de continuar su camino hacia la zona en donde estaban tomando las fotografías.

Aunque Isabella escuchó el comentario, estaba muy concentrada en sobar sus costillas como para darle importancia, aunque ese no fue el caso de Juani, pues él procedió a abalanzarse a modo de juego sobre el castaño mientras le repetía que no podía coquetear con su primita, empujadola hacía un lado en el proceso.

Para este punto, su paciencia se había agotado y estaba a nada de asesinarlos a ambos pues no sólo le estaban haciendo más difícil el trabajo, sino que también la habían agredido ya dos veces en menos de un minuto. Pero el día y ambos chicos fueron salvados por Enzo, ya que este se había levantado para acercarse a la castaña y poner una mano sobre su espalda con la intención de guiarla a la silla que previamente él estaba ocupando.

—No te preocupes, luego de convivir un rato con ellos te vas a acostumbrar. —La consoló, ofreciéndole una botella de agua que había tomado de una de las tantas mesas que había en el lugar.

Ella la aceptó con una expresión agradecida, abriendo esta para darle un trago mientras levantaba la mirada y observaba como ambos jóvenes seguían peleando mientras Matías volvía a disculparse ocasionalmente.

—¿Cómo te explico que luego de 21 años conviviendo con Juani sigo sin acostumbrarme? —confesó, recargándose sobre el respaldo de la silla y sin percatarse que Enzo la miraba con sorpresa.

—¿Tienes 21? —El mayor trató de disimular el asombro en su voz, aunque Isabella sí que alcanzó a notarlo.

—Sí, soy tres años menor que Juani —asintió, levantando la mirada para observarlo con una ceja alzada—. ¿Cuántos tienes tú que te sorprende tanto?

Si bien Isabella había visto la película, no tenía un gran conocimiento de las vidas de los actores que participaban en ella. Sólo sabía la información que su para ti de tiktok le ofrecía y algunas otras cosas que Juani le había llegado a contar.

—Eh... bueno —Enzo sonrió para disfrazar su nerviosismo, pues por alguna razón parecía tener muchas ganas de revelar que le llevaba bastantes años y para su buena suerte, fue salvado por el fotógrafo, quien lo llamó para hacer un par de fotos más—. ¿Quién hace cuentas? —le regaló una última sonrisa, antes de salir casi corriendo a su llamado.

Isabella se limitó a fruncir el ceño, pensando en lo raros que eran. Quizás así eran los chicos en general, pero llevaba tanto tiempo sin convivir con tanta gente de su edad que no podía confirmarlo.

Mientras observaba desde su lugar como todos se acercaban para tomar las ultimas fotos grupales, no pudo evitar sonreír. Por más repentino y raro que le resultara todo, se alegraba no sólo poder convivir más con su primo, sino también por el hecho de que comenzaba a hacerse a una idea del camino que le gustaría seguir en la vida, ya que había disfrutado mucho de maquillar a los chicos por más difícil que se lo hubieran puesto.

Su mirada recorrió todo el grupo, deteniéndose unos segundos en Matías y después en Enzo. Hasta ese momento, ellos eran los únicos con los que había llegado a convivir un poco más, aunque no tanto como para considerarse su amiga. Tenía que admitir que ambos le parecían guapos, bastante de hecho. El observarlos frente a ella, haciendo distintas poses para las fotos le ayudaba a comprender el por qué había tanta emoción por parte de los fans hacía ellos.

Por un lado, Matías le parecía divertido y enérgico, sobre todo gracioso, ya que daba la impresión de siempre tener una broma para cualquier ocasión. Sin duda le generaba intriga por los comentarios que había llegado a obtener de él, pero sabía que probablemente todo aquello era parte de su personalidad llamativa e incluso coqueta, aunque era verdad que en alguna que otra ocasión casi le funcionaba (menos cuando la golpeaba por accidente, claro está).

Luego estaba Enzo, quien a su parecer era más serio y reservado. Hasta ahora lo había tratado muy poco como para formarse una firme opinión sobre él. Sólo sabía que había demostrado haber tomado el papel de padre y responsable del grupo ya que siempre estaba tratando de procurar por todos, lo que seguramente resultaría de mucha ayuda para ella si tenía la suerte de ser aceptada en el proyecto junto a ellos.

No tenía muy claro qué era a lo que se iba a enfrentar en un futuro, pero estaba comenzando a aceptar el hecho de que quizás pasar un par de meses rodeada de aquellos dos y su tan querido primo podía darle a su vida la emoción que tanta falta le hacía.

Le asustaba un poco la idea de irse e iniciar algo nuevo, pero, sobre todo, le emocionaba, así que realmente esperaba que la dejaran formar parte de aquel proyecto; anhelaba que finalmente la dejaran formar parte de algo.

Y entonces, justo cuando sus pensamientos se vieron interrumpidos gracias a que los chicos estaban dando por terminada su sesión, recordó el papelito que Matías le había dado como "propina" horas antes y que aún no había tenido oportunidad de leer.

Llevó con rapidez la mano al bolsillo de sus jeans, tomando la nota para así sacarla y desenvolverla con la finalidad de observar su contenido, el cual era nada más y nada menos que el número de Matías Recalt acompañado de un mensaje en una caligrafía desordenada que decía "por si quieres volver a lanzarte a mis brazos".

Y con eso, confirmó que no tenía idea de lo que le esperaba, pero, muy en el fondo, estaba ansiosa por descubrirlo.

...

"I'll run away
From sprinkler splashes to fireplace ashes
I called a taxi to take me there
I search the party of better bodies
Just to learn that my dreams aren't rare
You're on your own, kid
You always have been"

...

𝐎𝐮𝐫 𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Enzo Vogrincic y Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora