13. Glitch

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...

(Isabella's Version)

—Entonces, ¿qué haremos primero? —preguntó Juani, observándolos mientras salían del restaurante en el que acababan de desayunar y comenzaban a caminar por la acera.

Mely y Enzo comenzaron a discutir opciones sobre todo lo que podían hacer durante aquella tarde, pero Isabella se encontraba sumamente entretenida observando todos los edificios a su alrededor como para prestar atención a la plática.

Todo era tan diferente a su país que no podía evitar maravillarse, pues era la primera vez que se encontraba en un lugar tan hermoso y alejado de su casa. Sobre todo, se sentía feliz y orgullosa de estar ahí, ya que siempre había pensado que no llegaría a ningún lado con todos los sueños imposibles que tenía.

—¿Qué pasa? ¿Nunca habías visto a alguien tan guapo como yo? —preguntó Matías, quien había acelerado el paso para alcanzarla y así caminar junto a ella.

La castaña salió de su ensoñación, posando la vista sobre él mientras negaba con la cabeza y metía sus manos en los bolsillos de su abrigo.

—No, de hecho, no —las comisuras de sus labios se alzaron—. No suelo convivir tanto con argentinos guapos.

Matías soltó una suave risa, desviando un poco su camino para que los brazos de ambos se rozaran cada vez que caminaban. Isabella notó de inmediato como un escalofrió le recorría el cuerpo tan sólo con ese pequeño contacto.

—Bueno, yo jamás había convivido con una mexicana tan bonita —murmuró él, manteniendo la vista fija al frente—. No te lo había dicho, pero adoro tu acento.

—Yo no tengo acento —respondió, arrugando un poco la nariz—. Tú sí.

—Y te encanta.

Isabella se mordió el labio, escondiendo la sonrisa que se le quiso escapar ante el comentario mientras miraba hacía el suelo.

—¿No lo vas a negar, Val? —Insistió, relamiendo sus labios y manteniendo sus ojos sobre ella.

—No, pero tampoco lo voy a confirmar, Mati. —se encogió de hombros, finalmente encontrándose con su mirada.

—¡Chicos! Ya decidimos a dónde iremos, al parecer hay un parque muy aesthetic por aquí, tiene museos y todo —Juani exclamó de repente, logrando que ambos se exaltaran—. Háganme espacio, envidiosos. —Pasó los brazos por los hombros de ambos, separándolos para así caminar entre ellos.

Isabella se rio mientras miraba de reojo a Matías, quien la observó con un pequeño puchero que rápidamente se transformó en una amplia sonrisa cuando Juani se giró hacía él.

—Suena re piola, amigo. —Aseguró, levantando uno de sus pulgares en señal de aprobación.

La castaña negó con una sonrisa y pasó una de sus manos por la espalda de su primo, abrazándolo también mientras los tres seguían caminando.

𝐎𝐮𝐫 𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Enzo Vogrincic y Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora