17. Question...?

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(Isabella's Version)

Sus dedos se enredaron entre los mechones del cabello de Matías, quien tenía la cabeza apoyada sobre sus piernas mientras fumaba un cigarrillo. Aquella imagen le trasmitía calma, pues el semblante del chico se encontraba tranquilo, podía decir incluso que reflejaba felicidad. Todo lo contrario al drama por el que habían pasado hace un par de horas.

No podía dejar de pensar en lo mucho que la vida daba vueltas. Hace menos de un mes estaba en casa, luego se encontró a sí misma viajando a Madrid, y ahora, tenía a Matías Recalt recostado sobre su regazo luego de haber pasado la última media hora besándolo hasta cansarse.

Estiró la mano para tomar el cigarrillo de entre los dedos del chico, llevándoselo hasta los labios para darle una calada y así apoyar la cabeza sobre el borde la cabecera de la cama, dejando salir el humo mientras observaba el techo. Si bien, aún tenía mucho que resolver, por ahora sólo quería quedarse en ese momento. Su momento de calma antes de la tormenta.

—¿En qué tanto pensás? —Matías la observó, recuperando el cigarrillo para ponérselo entre los labios.

—Nada, en cómo es que las cosas cambian en tan poco tiempo —se encogió de hombros, jugando con el cabello del chico—. A veces terminas en lugares que no imaginas con compañía que no te esperas.

—¿Estamos fumando tabaco o mari? —cuestionó a modo de broma, haciéndose el que examinaba el cigarrillo que ahora sostenía entre sus dedos, lo cual la hizo reír—. Bueno, fuera de joda, ¿te gusta el lugar en el que estás ahora?

—Me gusta más que en el que estaba antes. —Asintió, recorriendo el puente de la nariz del castaño con su índice.

—¿Pero?

—Pero aún hay cosas que resolver y sentimientos que desenredar —su mano bajó un poco más, concentrando sus caricias en la herida que tenía en el labio—. ¿No te duele eso?

El chico pareció meditar sus palabras durante algunos segundos, aunque, por su expresión, Isabella supuso que había llegado a la conclusión de que, por ahora, era mejor no preguntar. Y una parte de ella lo agradecía.

—Me duele un poco, pero creo que es en lo último que había pensado desde que entraste por esa puerta —Relamió sus labios, prestando especial atención con la punta de su lengua sobre la zona afectada.

—Ni siquiera deberías de estar fumando, se puede infectar. —Lo observó con los ojos entrecerrados mientras negaba y, una vez más, volvía a robarle el cigarrillo.

—Ni tampoco debería de pasar media hora besando mexicanas lindas, pero ya lo hice, ¿no? —Una sonrisa un tanto traviesa se posó sobre sus labios, la cual Isabella no pudo evitar compartir de manera cómplice.

𝐎𝐮𝐫 𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Enzo Vogrincic y Matías RecaltWhere stories live. Discover now