23. Would've, Could've, Should've

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(Matias' Version)

Las palabras que salieron de la boca de Isabella en cuanto él se estaba aproximando hasta los tres chicos que parecían estar discutiendo le cayeron encima como un balde de agua fría. No sólo por el hecho de que había sido precisamente ella quien las había pronunciado, sino también por lo que significaban.

Por alguna horrible jugada del destino, Malena se encontraba ahí.

Malena, su ¿ex? o lo que sea que hubieran sido. La persona que había marcado los últimos años de su vida, los cuales ni siquiera podía decir que recordaba con cariño y melancolía.

¿Cómo era posible que todo se pudiera acomodar y desacomodar para él en cuestión de horas? ¿Qué clase de terrible broma le estaba jugando la vida como para volver a poner a esa mujer en su camino luego de todo lo que le había hecho pasar, más aún justamente cuando estaba dando vuelta a la página e intentando entablar una relación con Isabella?

—¿Mati? —la voz de la castaña le hizo salir de la nube de confusión, permitiéndole darse cuenta de que había estado dando algunos pasos hacia atrás conforme ella trataba de acercarse—. ¿Estás bien?

Él la observó durante algunos segundos, analizando la expresión de angustia que adornaba su rostro para luego dirigir la vista hasta Enzo y Juani, quienes lo miraban igual o más consternados. Aquello logró que una punzada de dolor le cruzara el pecho, pues Matías bien sabía que, detrás de cualquier tipo de preocupación que sus dos amigos pudieran llegar a sentir, también se escondía algo de lastima. Lastima por él y por toda la historia con Malena que, para su desgracia, conocían.

Eso le fue suficiente para alejarse una vez más de Isabella en cuanto ella trató de tomar su mano, apresurándose a girarse y a caminar en dirección a la salida del lugar con los puños apretados; lejos de ellos, de su preocupación y de su compasión, pues, si algo no podía soportar, era ver que sus amigos lo miraran de esa manera.

Su corazón latía con el mismo ritmo acelerado con el que sus pasos resonaban cada vez que las suelas de sus zapatos se encontraban con el pavimento y más se alejaba de la situación, arrastrando consigo el dolor del que creía haberse desecho hace tiempo y del que, por desgracia, no podía escapar, pues muy en contra de su voluntad, ahora estaba comenzando a apoderarse de cada centímetro de su ser.

En ese instante, ni siquiera las voces de los tres chicos pidiéndole que volvieran resultaron suficientes para silenciar todos los pensamientos y sentimientos que estaba comenzando a llegarle de golpe. Por más que quisiera refugiarse de su pasado en sus dos mejores amigos y en Isabella, la parte herida que había estado guardada durante tanto tiempo en su interior lo incitaba a huir.

𝐎𝐮𝐫 𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Enzo Vogrincic y Matías RecaltWhere stories live. Discover now