Capítulo 20

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40 días en la Tierra 89-81.

Verity suspiró. El día había sido tan cansado que podía sentir sus piernas punzar a pesar de llevar media hora acostada en su cama.

El viento corría fresco afuera y el penetrante olor a comida callejera entraba por su ventana a cada segundo, pero sus piernas dolían tanto que era mejor tratar de ignorarlo.

Maldito el día en que aceptó aquella propuesta de trabajo.

Verity detestaba el trabajo físico, prefería mil veces trabajar desde su casa. Lamentablemente su madre la había obligado a entrar a un trabajo temporal hace una semana con la excusa de que debía de conocer más gente. Y eso era algo que detestaba de su madre, su afán de querer que Verity dance por ahí cuando ella prefería mil veces estar en su hogar, o en compañía de su mejor amigo.

Esbozó una sonrisa. Recordar a Tom le causaba nostalgia, ansiaba verlo, pero no le gustaba el hecho de perder a su otro amigo, Loki; a quien le había llamado un par de veces, pero que todavía no había contestado.

Aún recordaba cómo todo comenzó, como su amistad con Tom había comenzado. Tan solo eran unos niños. Unos pequeños infantes de diez y siete años que poco convivían pese a ser vecinos. Pero ese día, ese día cambió todo.

Si buscaba entre su memoria, todavía podía recordar qué mes del año era cuando iniciaron amistad. Agosto. Un agosto con clima caluroso, de esos "intensos" calores que solo la gente de los países del norte podía pasar. Recordaba estar en su cuarto cuando un estruendo se escuchó.


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Asustada, corrió hacia su ventana para poder ver qué era lo que pasaba, solo para toparse con un pequeño niño que veía de forma preocupada la venta de una casa que estaba detrás de la de ella.

⎯Arreglar eso te costará caro ⎯expresó Verity con su voz chillona⎯. El señor Morrison llamará a tus papás en cuanto vea que rompiste su ventana y te castigarán por ello ⎯advirtió de forma divertida, con ese disfrute que tienen los niños cuando descubren las travesuras de otros.

⎯¿Tú me viste? ⎯preguntó el pequeño de lacio cabello negro.

⎯Síp ⎯contestó ella, aunque fuese parcialmente una mentira. Ventajas de poder ver la verdad y no decir solo ella.

⎯Pero fue un accidente. Solo estaba jugando. ⎯El niño parecía preocupado. Dejó de mirar su desastre, para después mostrar el bate con el que jugaba, como si eso fuera de alguna ayuda.

⎯Ellos te castigarán ⎯afirmó Willis con una sonrisa burlona.

Su vecino guardó silencio. Su cara parecía más preocupada de lo que ya estaba. Desvió la mirada de la ventana y la concentró en la pequeña niña de cabello rojo.

⎯¿Cómo te llamas? ⎯preguntó.

⎯Verity ⎯respondió ella con desdén.

⎯¿Cómo "verdad"?

⎯Sí. ¿Cuál es el tuyo?

⎯Thomas.

Verity asintió sin decir nada más. La verdad era que poco le importaba quién era aquel niño, lo único que la había llamado a ese lugar, era la satisfacción de "acusar" a alguien y que la felicitaran por ello.

⎯Como ya sabes mi nombre ⎯se apresuró a decir Tom⎯. Ya somos amigos y los amigos no cuentan los secretos del otro.

Verity arrugó el entrecejo desconcertada⎯. ¿Estás chantajeandome?

En más de una vidaWhere stories live. Discover now