Capítulo 7

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¡FAVOR DE LEER LAS NOTAS FINALES! ¡ES DE SUMA IMPORTANCIA!

Disfruten!




Día 12 en la Tierra 39-81.

El sonido de sus zapatillas se escuchaba por todo el lugar, sus pasos eran firmes y apresurados y una sensación de ansiedad invadía todo su cuerpo. Se detuvo enfrente del elevador unos momentos, mientras esperaba a que las puertas se abriesen, cuando lo hicieron, dio un paso al frente, pasó su tarjeta y automáticamente comenzó a subir. Uno de sus pies empezó a golpear repetidamente el suelo, signo que mostraba lo ansiosa que se encontraba, pronto las puertas volvieron a abrirse, tranquilizando un poco y solo un poco el alma de la mujer. En cuanto una de sus zapatillas hizo contacto con el suelo del pent-house de la Torre Vengadora, gritó: -¡Natasha!

La voz de Pepper alertó a Steve, quien se encontraba en la cocina del lugar preparando el desayuno que comerían los héroes en unos minutos. Bajó la llama de los huevos fritos, se quitó el delantal y prosiguió a salir del cuarto para buscar a la secretaria de Stark-. ¿Señorita Potts? -preguntó al verla recorrer la sala principal en busca de algo.

La voz de Steve le hizo dar un pequeño salto, para después dar media vuelta y encontrarse con el capitán-. Una disculpa si lo interrumpí, Capitán Rogers, pero... ¿de casualidad no ha visto a la señorita Stark? -preguntó con una pizca de esperanza de que él le pudiera decir el paradero de su jefa.

-¿Tasha? -repitó Steve por inercia, mirando a la mujer al mismo tiempo que pensaba.

-Está en su cuarto durmiendo, como siempre a esta hora. -Se escuchó una tercera voz. Steve y Pepper dirigieron su mirada a Natasha Romanoff, quien bajaba las escaleras lentamente, como si no tuviera preocupaciones; cuando por fin estuvo abajo, se posicionó a un lado del Capitán.

-Gracias, Agente Romanoff -agradeció Pepper, mirando a la mujer-. Capitán. -Miró a Steve-. Creo que iré a despertarla, hoy le toca consulta con el doctor.

-¿Está enferma de algo? -preguntó Rogers algo preocupado.

-Me comentó que ha tenido mareos constantes. Espero sea por el estrés y no porque esté embarazada -bromeó con una sonrisa-. Bueno, con permiso -miró, esta vez a ambos, antes de emprender su viaje hasta la habitación principal.

Steve asintió, observando como la mujer se iba alejando poco a poco hasta desaparecer en el largo pasillo que dividía las habitaciones del lugar.

°~^~^~°

-Juro que no aguanto un minuto más aquí -se quejó Loki, golpeando su frente en el escritorio de Stephen. Se encontraba desesperado, harto de todos los que le rodeaban; hacía horas que se encontraba ahí y ahora solo contaba cada minuto para poder salir del hospital.

-Bienvenido a la vida real -respondió el propietario del consultorio, parándose de su asiento y dejando unos libros en su estante-. Y eso que te estoy ayudando -comentó.

-Tienes que, si no me dijeras qué recetar, ahora uno de los pacientes de Tom estaría muerto y yo en alguna cárcel por negligencia -dijo mientras señalaba la puerta.

-Para ser un Dios que odia Midgard, sabes mucho de ella -comentó Stephen, dando media vuelta para verlo.

Loki permaneció en silencio unos segundos antes de preguntar: -¿...Aquí hubo un ataque masivo?

El neurocirujano arrugó el entrecejo, extrañado por la pregunta-. ¿A qué te refieres?

-A una invasión. A alguien que quisiera conquistar su mundo -trató de explicar. El ambiente cambió de un minuto a otro, ahora se sentía incomodidad por parte del Dios, quien pasó su mano por su nuca como reflejo de su nerviosismo.

En más de una vidaWhere stories live. Discover now