Capitulo 3

25 2 0
                                    

Brittany estaba nerviosa y emocionada; no sabía cuál de las dos emociones era la dominante, pero no le importaba. La habían contratado. Había estado negociando los términos con los abogados de Santana, algo que le dijeron que debía hacer, y la propia Santana la había llamado para decirle que se mostrara exigente, que lo esperaba de alguien que se estaba sometiendo a un proceso tan importante para ella.

Así que había intentado establecer algunos términos. Era difícil pensar en algo cuando los abogados estaban empeñados en darle todo lo que quería.

Pidió una oficina en casa de Santana para poder estudiar y redactar su trabajo de investigación, y le dijeron que sí. Después le preguntaron qué coche quería, y ella dijo que le parecía bien cualquiera, pero le dijeron que no, que tenía que especificar.

Fue difícil, pero lo consiguió. Por alguna razón, los abogados se habían negado de manera obstinada a proporcionarle el pequeño coche que la habían obligado a especificar. Tenía la sensación de que todo aquello era protocolo, y que en el fondo tenían instrucciones de darle un Bentley todo terreno, dos guardaespaldas y un chófer, y una asignación mensual tan generosa que se preguntó qué demonios iba a hacer con ella. No iba a tener que pagar alquiler durante los siguientes nueve meses - es decir, si conseguía concebir aquel mes.

Ya había acudido al hospital cinco veces y la habían inseminado durante la ovulación. Esperaba, aunque también tenía miedo, que funcionara.

Haciendo una mueca, Quinn salió del dormitorio seguida de seis hombres fornidos que embalaban las pertenencias de Brittany.

-Están locos susurró, y Brittany rió.
-Q, me alegro de que no te hayas tomado a mal todo esto.

Quinn sonrió.

-Siempre has sido ambiciosa, y esto es exactamente lo que querías. Es ideal.

Echó un vistazo a los transportistas y, tras asegurarse de que no la escuchaban, se inclinó hacia Brittany

-He buscado su empresa en Google. Taylor Swift la usa, y Arnold Schwarzenegger. Cuesta tanto que te podrías comprar una casa con lo que cobran.

Brittany rió y sacudió la cabeza.

-Santana es un forofo de la calidad; sólo quiere lo mejor para todo.

Sus ojos se desorbitaron cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir.

-Y tú eres lo mejor, Brittany.

Brittany sonrió y se sonrojó.

-Para nada. Aún no me creo que no sea un sueño. Quiero decir, fíjate en todo lo que ofrece. Es súper generosa, y, seamos sinceras... podría haber elegido a alguien mucho mejor que a una chica desgarbada u común de Harvard para gestar a su hijo.

-No eres desgarbada o común, eres voluptuosa. A algunas personas les encanta eso.

-Quiero decir que podía haber elegido a una modelo.

-Pero no quería una modelo. Quería inteligencia. Esa mujer quiere tus genes, Brittany. Es un precio muy pequeño para lo que obtiene a cambio.

***
Brittany avanzó por el pasillo del hospital y vio a los representantes del Programa de Subrogación López, que tenían aspecto más de guardaespaldas; colocándose a ambos lados de ella, la condujeron a una oficina en la planta baja, una espaciosa habitación que parecía más una suite de lujo que una clínica. Se detuvo de golpe al contemplar un rostro familiar en el asiento frente al escritorio del médico. Santana se levantó, se giró con elegancia, se aliso el vestido y le sonrió.

-Hola, Brittany. ¿Qué tal estás?

Brittany se quedó sin palabras. Era la primera vez que la veía desde la entrevista, y su presencia le golpeó con toda su fuerza. Era real, y estaba allí, y a ella la habían inseminado con un ovulo de aquella mujer. Le dio un vuelco el corazón y su vientre se retorció con una sensación que parecía ser...
excitación. Mierda.

La Gestante de la millonaria LopezWhere stories live. Discover now