Capitulo 18

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Su habitación de hotel estaba a unos pocos metros de las olas. Brittany estaba sentada en una tumbona en la cubierta, mirando las olas, cuando Santana la llamó. Al pasar por el salón, echó un vistazo en la primera habitación, que era la suya, y su corazón dio un vuelco al ver la puerta que conducía a la de ella. Apareció por el otro lado y Brittany sonrió instintivamente al verle.

-¿Qué hacemos hoy?

Sus manos deseaban tocar sus brazos de nuevo. No podía sacudirse la sensación de su delicada piel bajo sus dedos, la forma en la que relucía, como si estuviera hecha para tocarla.

-Estaba pensando que podíamos quedarnos en la habitación. Hacer algo juntas.

-¿Como qué?- Su expresión flaqueó cuando Santana volvió a colocar la mano en su brazo.

Fue un movimiento automático. Se dio cuenta de que se estaba inclinando hacia ella, y ella hacia Santana.

-Pedir la cena al servicio de habitaciones. Puedes hablarme de tus planes de futuro mientras comemos.

Brittany regresó a la realidad. Planes de futuro, que no lo incluían a ella. No tenía demasiadas ganas de hablar de aquello, pero se obligó a esbozar una sonrisa.

-¿Tienes hambre?-

Vio apagarse una luz en sus ojos, y con su otra mano le acarició el brazo. Ella se estremeció visiblemente, y el cuerpo de Santana se encendió de necesidad ante aquel evidente e implacable anhelo.

-Sí. Un poco.

-Vamos.-

La tomó de la mano y la condujo fuera, a la pequeña cubierta y a la playa. Brittany rió, caminando más rápido al ver su obra.

-¿Cómo lo has hecho?- exclamó.

Santana sonrió mientras se aproximaban a la mesa para dos que estaba preparada junto a la orilla, con velas y la mejor vajilla.

-Oh Dios mío.-

Brittany se sentó en el asiento que le ofrecía y esperó a que Santana hiciera lo propio frente a ella.

-Mira eso.- rió, cuando una ola se deslizó bajo sus pies, cubriendo sus tobillos, antes de retirarse.

Santana abrió una botella de champán y se sirvió, observando su gesto de fingido enfado.

-Pensé que no te importaría.

Brittany rió y cogió el vaso de zumo que le entregaba.

-No me importa beber por las dos.

Santana la miró fijamente, contemplando su cabello agitado por la brisa.

-Tu sitio está en la playa. Le tendió la copa de champán. -Dale un sorbo. No es una celebración sin ti. Brittany obedeció y saboreó el líquido antes de devolverle el vaso.

-¿Qué estamos celebrando exactamente?

-Nuestro fantástico viaje. Me lo he pasado muy bien contigo. Ojalá lo hubiésemos hecho antes. Porque pronto no podrás volar y...-

Su voz se quebró al ver cómo se apagaba su mirada una vez más. Mierda. El lío en que había metido a ambas. Siempre estaban a punto de decir o hacer algo que les daba de bruces contra la realidad. Miró por encima de su hombro, detrás de ella, a unos cien metros de distancia, donde en la iluminada playa, un hombre llevaba a un niño a hombros, mientras su esposa chillaba y reía por detrás. Su corazón dio un vuelco y vio como Brittany se giraba para seguir la dirección de su mirada.

La observó, con la mirada fija en su perfil, mientras ella contemplaba la encantadora escena de aquella familia de tres jugando en la playa. Cuando volvió a girarse, su mirada se había recompuesto... y brillaba.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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