Capítulo 32

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Pov Jennie.


El sol se filtraba a través de las hojas de los árboles mientras camino por el pintoresco sendero del parque. El dulce aroma de las flores y el suave susurro del viento me calman, aunque solo fuera por un momento. El parque siempre había sido mi refugio, un lugar donde podía escapar de los recuerdos dolorosos y las emociones abrumadoras que me acosaban en el departamento.

Después de un largo paseo, decidí visitar la acogedora cafetería de Irene, la cual siempre ha sido un lugar reconfortante para mi.

Al entrar, el aroma tentador del café recién hecho y los pasteles recién horneados me envolvieron, y una cálida sonrisa iluminó mi rostro al ver a Irene detrás del mostrador.

"¡Jennie! ¡Qué grata sorpresa verte por aquí!", exclamó Irene, acercándose para darme un cálido abrazo. "¿Cómo has estado?"

Me senté en una de las mesas y le devolví la sonrisa a mi amiga.

"Necesitaba un cambio de ambiente. Estar en casa me está volviendo loca, así que pensé en venir aquí."

Irene toma mi mano comprendido sin más indagar en ello.

"¿Quieres tomar algo? Te prepararé mi famoso café descafeinado especial para embarazadas, además el pastel de zanahoria de hoy es increíble." Irene me ofreció amablemente.

Acepté encantada y pronto mi querida anfitriona me sirvió un trozo del apetecible pastel junto con una taza humeante de su especial café descafeinado para embarazadas.

Mientras disfrutaba de sus delicias, Irene me comentó lo contenta que estaba de verme aqui.

"Es agradable tenerte aquí, Jennie. Ha sido un día agitado, así que tu visita es la guinda del pastel. ¿Algún motivo especial para venir a verme hoy?".

Yo solo asentí nuevamente, apreciando la amabilidad de Irene.

"Solo necesitaba un cambio de escenario. Estar en casa me pesa mucho últimamente, extraño a Lisa, y todo en el departamento me recuerda a ella" respondí nostálgica, tratando de que no se me quebrará la voz.

Irene apoyó su mano en la mía con cariño.

"Entiendo, Jennie. Debe ser muy difícil para ti. Pero estoy aquí para ti, ¿de acuerdo? Siempre puedes contar conmigo."

Le agradecí con una sonrisa y continuamos charlando animadamente sobre diversas cosas.

"Estoy bien, realmente", respondí.

Irene asintió comprensivamente.

"Me alegra escucharlo, cariño, debes cuidarte mucho. Y hablando de cuidarte, ¿cómo van las visitas al médico? ¿Todo está bien con mi pequeño sobrino o sobrina?" Irene pregunta emocionada.

"Sí, las visitas han ido bien. El médico dice que todo está progresando como debería. Sólo esperamos que todo siga así. Solo un poco cansada, ya sabes. Pero el bebé parece estar sano y eso es lo que más importa." Lleve mi mano a mi pequeño bultito.

Sin embargo, nuestra conversación se vio interrumpida cuando vimos a Seulgi entrar por la puerta, sosteniendo la mano de mi pequeña sobrina, que llevaba en su peinado unas adorables coletas.

"¡Jennie!", exclamó Seulgi con alegría al verme, mientras mi pequeña sobrina se soltaba de su mano y corría hacia mí con un brillante resplandor en sus ojos.

"Tía jennie, tía jennie!" exclamó mi pequeña Sol, lanzándose a abrazarme con entusiasmo.

"¡Te he extrañado tanto!" Sol hizo sus pucheros encantadores.

Tu RecuerdoWhere stories live. Discover now