casi, pero no.

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Enid vagaba por las instalaciones de la enorme casa que le había sido designada al caso, detective, de veintinueve años, casada y con un hermoso hijo que la esperaba en casa, quien no tenía ni idea de las monstruosidades a las que su madre se enfrentaba día si  y día no.

— ¿Quién pudo hacer algo así?—detrás de ella, su compañera de toda su vida laboral desde que empezó esta hace unos cinco años, lo cierto era que habían visto cosas peores, pero siempre podían dejarse sorprender— Por dios Enid, voy a estropear mi desayuno.—la chica hizo cara de asco y se retiro un poco de uno de los cuerpos mutilados en el suelo.

— Yoko, llevamos casi una década viendo lo mismo, no puedo creer que sigas teniéndole asco.—Enid gira los ojos mientras su compañera sale de la habitación en la que se habían sumergido.

— Podrían pasar mil años, nunca estaré preparada para ver a alguien con los intestinos por fuera.—dijo con una mueca— Además es tan joven.—Yoko regreso a mirar hasta la habitación y suspiró— Cerremos esto con una infalible cita de Tinder que salió mal y vamos a casa.—dijo con resignación.

— No parece ser solo eso, es imposible que citara a cinco chicas, las cinco aceptaran y a las cinco las matara.—dijo pensativa mientras pasaba por debajo de una de las cintas de seguridad— Sin contar que ninguna tiene a la vista ningún indicio de forcejeo, ¿Cómo es que las atacó? parecen muertes lentas y dolorosas a las que sus victimas no quisieron poner alto.—Enid estaba confundida, miro de reojo como Yoko parecía desentender sus palabras y en lugar de eso camino hasta uno de los agentes parados en uno de los umbrales de la puerta.

— Te dije que eran citas de Tinder.—Yoko estiro los papeles sobre el rostro de la rubia— Mercredi98 es a quien buscamos ahora, tomemos esto como un avance.

— ¿Mercredi98?—resopla Enid— ¿Eso es para ti un avance?

— En un par de horas tendremos su nombre y su cara, la ficharemos en toda la ciudad, será la comidilla del pueblo durante un par de semanas y luego lo olvidarán.—Yoko alza los hombros.

— Bien, y ¿Cuál es la información sustancial que tenemos sobre Mercredi98?—pregunta girando los ojos.

— Por dios, no te doy los papeles para que los arrugues debajo de tu brazo, léelo perra.—Enid ríe y abre los documentos, pantallazos sobre pantallazos de chats registrados en la ubicación en la que estaban ahora, no parecían conversaciones comunes, eran textos largos que leía sobre letras sin prestar atención, siguió pasando las hojas, una imagen en la hoja completa sobre el pene del tipo al que estaban buscando inundo su vista, cerró la carpeta con fuerza cuando escuchó a Yoko reír.

— Eres una idiota.—ríe.

— Quizás por eso no forcejearon, quizás ellas querían esto.—Yoko alza los hombros ante la mirada acusatoria de Enid.

— Ellas son las victimas, ¿Cómo puedes decir algo así? 

— En este mundo todo se puede esperar, mira.—Yoko casi le arrebata los documentos de su mano, y hojeando hasta detenerse en un pantallazo se lo mostró— Esta tipa si que estaba loca, vamos, seguro estaba jugando....—suspira— Pero con la persona equivocada.

— Dice que quiere que abuse de ella, es abismal Yoko.

— Todas presentan abuso, sexual y no sexual.—Yoko parece pensar un momento— Sea lo que sea, lo averiguaremos en unas horas cuando tengan toda esa información, por lo pronto, mueve tu culo a casa, Ajax acaba de mandarme treinta mensajes en el último minuto sobre que tu hora termino hace seis, ¿Cuando piensas separarte de ese idiota?

— No puedo Yok.—Enid suspira— No puedo ser egoísta y quitarle el padre a mi hijo.

— Él acabará quitándole a su madre, ¿eso es lo que quieres?—pregunta.

Wenclair One shots +21Where stories live. Discover now