Boss [Enid GIP]

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El ruido de los lapices cayendo uno a uno sobre el tapizado suelo hizo a Enid reaccionar, moviendo incómodamente sus piernas en la silla mientras de forma inútil trataba de ocultar su erección, podía jurar que su suspiro se escucho en toda la sala llena de funcionarios a los que tenía a cargo, pero la vista era demasiado buena para dejar de mirar; su nueva secretaria agachada, dándole la espalda y recogiendo cada uno de los lapices la hacía divagar, su perfecto y redondo pero no tan exagerado culo le robaba toda la atención, tuvo que acomodarse el saco del traje al ver a uno de los hombres levantarse y extenderle la mano, se estaban despidiendo, gracias al cielo.

Cuando se marcharon todos, la morena seguía erguida en la misma posición pero esta vez acomodando uno de sus tacones, Enid pasó su mano descaradamente sobre su entrepierna mientras trataba de mirar hacia la pared.

— ¿Necesita algo mas señorita Sinclair?—preguntó la morena con falsa inocencia mientras se remueve con incomodidad, llevaba semanas tratando de que la chica perdiera el control con ella, de que la acorralara contra la pared y la hiciera suya, era a lo que había venido a este trabajo, a pescar algo grande; realmente grande.

— No, ¿Addams?.—la morena asintió— Puedes retirarte, te veré mañana.

— Buenas noches señorita.—dijo simplemente la chica decepcionada mientras caminaba hasta la salida de la oficina.

— Espera.—Enid no podía evitar que su pies temblara ante la situación, trato de darse valor una vez más y pronuncio las palabras ante la mirada confundida de la chica— ¿Quieres ir por algo de cenar?—la morena negó y el cuerpo de Enid se deshizo en su posición.

— Voy un poco atrasada, necesito avanzar unos pendientes que usted me pidió para mañana.

— Olvídate de eso.—dijo la rubia rápidamente, su pene latía y se removía por atención— La verdad es que muero de hambre, me imaginó que tu también.

— No hay nada mas cierto.—la morena sonríe y alza los hombros— ¿A donde vamos señorita?—pregunta, Enid lo piensa un poco antes de arriesgarse completamente.

— No queda nadie aquí, podemos quedarnos y pediré algo del mejor restaurante.—aunque no pensaba para nada en comer, sus ideas iban en follar a esa secretaria antes de que el repartidor llegara al ascensor— Si es que te parece una buena idea, claro.—la morena solo asintió y alzo los hombros.

— Bien, no sé decirle que no a una invitación tan elegante.—Enid soltó una carcajada mientras la morena solo mantenía su sonrisa en su rostro— ¿Pedirá algo de ostras?—preguntó la morena curiosa— La anterior secretaria dejó un libro con varias instrucciones.—dijo simplemente ante la cara de confusión de la rubia.

— Pensaba en pedirlas, son lo mejor de esta ciudad, además de que...—se queda a mitad de la oración y suelta una risa.

— No creo que necesite el apoyo de las ostras.—empezó a decir la morena suavemente mientras miraba sin repelo la entrepierna de Enid, la rubia quiso correr detrás del escritorio y cubrirse pero se mantuvo de pie, tratando de no temblar ante las palabras de la chica.

— No lo necesito.—dijo en un hilo de voz mientras daba un paso hasta la morena— ¿Entonces, descartamos las ostras?—preguntó ya casi llegando hasta el cuerpo de la morena, casi chocando sus senos, bajo un poco la mirada para encontrarse esos ojos marrones que la miraban con una mezcla de codicia y lujuria.

Soltó un suspiro cuando la morena sin mucho titubeo posó una de sus manos en su miembro sobre su pantalón, masajeando y apretando un poco, tuvo que morderse los labios para no gemir mientras la chica se pegaba a ella y acariciaba toda su longitud.

— Creo que alguien mas tiene hambre.—no dejo responder a la rubia porque sus labios fueron directamente hasta su boca, mordisqueando directamente, saltándose el paso de la dulzura, envolvió sus piernas en las caderas de la chica, mientras con una mano libre trataba de quitarle la camisa— Fóllame.—empezó a decir mientras su atención iba hasta el cuello de la rubia, lamiendo, mordisqueando, sintiendo a la rubia moverse bruscamente contra su intimidad aun cubierta.

— Creí estar loca al pensar que estabas insinuándote.—dijo la rubia mientras volvía a tomar los labios de la chica— ¿Por qué eso estabas haciendo, verdad? insinuándote para que te follara, poniéndome tan dura al imaginarme entrar en ti.—la morena no respondió, en su lugar golpeo sus caderas contra la rubia, bajo sus piernas y con la mirada puesta en ella fue deslizando sus bragas hasta sus pies, las aparto al verlas caer al piso y luego dirigió sus manos al borde del pantalón de la morena, lo bajó un poco, casi ni tuvo la necesidad de bajarlo por completo porque la prenda logró resbalar sola, tomo el miembro totalmente duro aun en el bóxer y masajeó descaradamente, de sus labios desprendió un hilo de saliva cuando sintió su centro golpear intensamente por la necesidad de ese pedazo de carne frente a ella.

Miro el escritorio y caminó hasta el dejando a la rubia atrás, levanto su falda y recostó su cuerpo apartando algunos papeles a la vista, pero a Enid poco menos le importaban lo que sea que la chica estuviera arrojando al suelo, lo único que tenía en su campo de visión era el cuerpo semidesnudo de su secretaria, se acercó hasta ella bajando sus bóxer y bombeando un poco mas su pene, cuando llegó hasta la morena no pudo evitar arrodillarse, mirar la intimidad de la morena totalmente mojada y meter su cabeza en ella, lamio hasta asegurarse de que todo estaba dentro de ella, sintió a la morena contraerse para después expulsar lo que parecí agua en todo su rostro.

Se levantó lentamente posicionando su pene en la entrada de la morena, de una estocada estaba dentro, sintiendo las cálidas paredes apretarse a su alrededor, masajeo sus senos una vez mas mientas con una de sus manos libres cogió en un solo moño el cabello de la morena, salió de ella y la embistió fuertemente haciendo que la chica perdiera total control del equilibrió.

— ¡Dios, si!—escuchaba Enid al entrar cada vez un poco mas profundo, cogiendo y jalando el cabello de la chica, cabalgándola, sintió por segunda vez el cuerpo de la chica desplomarse sobre el escritorio mientras sus jugos esta vez empapaban toda su ropa— Ya está, salté.—dijo suavemente la morena pero sus palabras fueron calladas por una mano sobre sus labios  y por consiguiente una penetración profunda en su centro sensible, perdió el control de sus esfínteres liberando parte de su orina sobre la gran alfombra, sintió vergüenza pero pronto se quito cuando Enid salió de ella bruscamente, durante unos segundos se quedo inmóvil hasta que algo de saliva cayó en su anillo apretado, su cuerpo se tensó cuando la rubia llevó la cabeza de su pene hasta la entrada trasera y luego empujó con fuerza, esto no estaba en sus planes.

La morena pudo sentir su culo abrirse ante la intrusión de la rubia, la calidez y lo resbaladizo de su miembro hizo la tarea un poco mas fácil, aunque con algo de dolor mientras se sostenía de uno de los bordes del escritorio, la morena volvió a colocarse en la posición inicial, sin necesidad de dejarse caer y desplomarse, no le daría ese gusto, pero en ese momento, Enid perdió el control.

Entrando y saliendo de la morena, golpeando su culo contra su miembro mientras sentía las olas de placer llegar hasta ella, no supo cuando termino de vaciarse pero si supo cuando la morena casi la empujo fuera de ella, corriendo hasta una de las partes de la oficina mientras todo el semen vaciado en ella se escurría desde su ano hasta sus tobillos.

Pasaron algunos minutos mientras Enid se limpiaba con algo de papel su miembro  y la morena hacia lo mismo con su culo en un diminuto espacio, ambas en silencio y casi sin mirarse.

— ¿Ya no pedirás de comer?—pregunta la morena en voz baja mientras vuelve a posicionar su falda.

— No creo que haga falta.—dice simplemente alzando los hombros mientras camina hasta la morena jalando su cintura y besándola salvajemente, aquí vamos otra vez.


Inspirada en la idea deacy_soy 

Dejen ideas, pd. puramente sexuales.




Wenclair One shots +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora