diecisiete ; no me busques, mejor buscala a ella

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La noche caía pesada sobre la ciudad de Buenos Aires cuando Enzo, decidido a recuperar a Victoria, se dirigió hacia el apartamento de Sara

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La noche caía pesada sobre la ciudad de Buenos Aires cuando Enzo, decidido a recuperar a Victoria, se dirigió hacia el apartamento de Sara. Cada paso resonaba en su mente con la urgencia de que Sara aceptara y confesara lo más antes posible

La idea de verse con sara no era lo que más le gustara, pero sabía que ella era la única persona que podría cambiarlo todo. No iba a ser fácil hacer que Sara confiese, pero tenía una que otra carta bajo la manga que iba a usar si las cosas no funcionaban a su favor

Al llegar al edificio, se detuvo un momento para recobrar el aliento. Sabía que lo que iba a hacer cambiaría las cosas para siempre, pero si tenía que elegir entre perder a Sara o a Victoria, la respuesta no necesitaba ser expresada. Con un suspiro, subió las escaleras hasta el piso donde vivía Sara.

Cuando tocó a la puerta, su corazón latía con fuerza. El sonido de sus propios latidos era ensordecedor mientras esperaba a que alguien respondiera. Finalmente, la puerta se abrió, y allí estaba Sara, con una expresión de curiosidad y emoción en su cara

—Enzo...Que agradable ver que si viniste —preguntó Sara, con voz coqueta. Enzo la miró fijamente, decidido a no dejarse amedrentar por su aparente fragilidad.

—Vengo a hablar con vos, Sara. Es sobre Victoria —Sara quedó helada por un segundo, frunciendo el ceño, ella creía que venía a hablar sobre el estreno

—¿No querías hablar conmigo sobre el estreno?

—Bueno, Sara. Te mentí, porque sabía que si te decía no ibas a aceptar... Vine acá para hablar de Victoria

Sara rodó los ojos ante la mención de la argentina, resopló pero aún así pareció sorprendida por sus palabras, y no intentó negarle la entrada. Enzo entró en el apartamento y se sentó en el sillón, mientras Sara cerraba la puerta tras de sí, con una sonrisa juguetona. Una vez que estuvieron solos, Enzo no perdió tiempo en pavadas.

—No estuvo bien lo que hiciste, Sara. Fue una estupidez que intentes hacer eso —El rostro de Sara palideció de repente, y sus ojos se llenaron de ira

—¿Disculpa? —Enzo se inclinó hacia adelante, con una mirada intensa.

—Sos una insensible, sabías algo que yo no sabía, y lo usaste a tu favor —Hizo una pausa —Sabias que Victoria sentía algo por mí...—Sara bajó la mirada, incapaz de sostener la mirada de Enzo.

—Enzo, pero...—

—Pero ¿qué, Sara? —interrumpió Enzo, con voz firme. —No entiendo porqué querías lastimarla, ¿Qué esperabas lograr con eso? —Sara se mordió el labio inferior, visiblemente irritada.

—Porque me gustas, Enzo. Siempre te he querido. Y pensé que si te besaba, podríamos estar juntos —Enzo dejó escapar un suspiro, sintiendo una mezcla de frustración y molestia

REPUTATION   ✶   enzo vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora