dieciocho ; innocent

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Victoria estaba sentada en un rincón de la acogedora cafetería, con las manos temblando ligeramente sobre la mesa

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Victoria estaba sentada en un rincón de la acogedora cafetería, con las manos temblando ligeramente sobre la mesa. El aire estaba cargado de tensión mientras esperaba la llegada de Enzo, su mente llena de ansiedad por lo que estaba por venir. A pesar de su determinación de enfrentar la situación, su corazón latía con fuerza en su pecho, lleno de incertidumbre y miedo.

De repente, la puerta se abrió y entró Sara, con una sonrisa descarada en el rostro. Sus ojos se encontraron con los de Victoria por un instante, y en ese breve momento, Victoria sintió una oleada de molestia y desagrado. No quería ver a Sara en ese momento, no quería tener que enfrentarse a ella y a todas las emociones que traía consigo.

Antes de que pudiera levantarse para irse, la voz de Enzo la detuvo. Él entró en la cafetería en ese preciso momento, y Victoria sintió una mezcla de alivio y frustración al verlo. Se acercó a ella con una expresión suplicante en el rostro, tratando de calmar sus nervios.

—Vicky, por favor, no te vayas —dijo Enzo, su voz llena de preocupación.

Pero Victoria no podía ignorar la presencia de Sara, sentada en una mesa cercana, mirándola con una sonrisa arrogante en el rostro. La ira empezaba a burbujear dentro de ella, amenazando con desbordarse en cualquier momento.

—¿Qué está haciendo ella acá? —preguntó Victoria, su voz temblaba ligeramente de indignación, mientras se volvía a sentar, mirando como Enzo también lo hacía.

—Te viene a explicar todo Victoria, la verdad —Enzo intentó explicar, tratando de tranquilizar las cosas, pero Victoria no estaba dispuesta a escuchar. Sus palabras se perdieron en el aire mientras su ira crecía con cada segundo que pasaba. Sentía una sensación de traición y confusión que le hacía querer huir de allí lo antes posible.

—Sara, necesito que le digas la verdad a Victoria —dijo Enzo, su tono era firme y decidido, mientras la española se acercaba con una sonrisa arrogante —Decile. Decile que no fui yo el que te besó —Sara carraspeó, sentándose a un lado de Enzo.

—Bueno...No quería admitirlo, pero...

—¿Pero que, Sara? No des vueltas, decime la verdad, ahora —La expresión inocente de Sara miró a Enzo, agachó la cabeza y después volvió a mirar a Victoria

—Que fui yo la que lo besó...Porque él me lo había pedido...—cambiando los planes de Enzo, Sara mintió en la cara de ambos. Un "¿Qué?" De Enzo quedó en el aire mientras Victoria sentía una punzada de dolor en el pecho al escuchar las palabras de Sara. Rió sarcásticamente y agarró sus cosas mientras se levantaba de su asiento, harta de todo.

Victoria estaba a punto de irse, de alejarse de todo eso, dejar a enzo atrás y tacharlo como un amor fallido, volver a cerrar su corazón unos años más.

Victoria salió de la cafetería con pasos rápidos y agitados, sintiendo el aliento de Enzo en su nuca mientras él la seguía de cerca. A pesar de su deseo de huir, una parte de ella sabía que necesitaba escuchar lo que Enzo tenía que decir. Pero mientras caminaban por las calles, sus pensamientos se convirtieron en un torbellino de emociones que amenazaban con abrumarla.

—Victoria, por favor, esperá —imploró Enzo, tratando de alcanzarla.

Ella se detuvo en seco, su respiración entrecortada por la tensión y el esfuerzo de contener las lágrimas que amenazaban con caer.

—Ya tuviste tu última oportunidad, Enzo. Ahora jodete —dijo Victoria, su voz temblaba con la emoción reprimida. Enzo la observaba en silencio, sin saber que responder —Dios, Enzo. Si supieras cuanto me gustabas, si alguna vez te hubieras dado cuenta que lo que sentía por vos no era solo una amistad —Mientras hablaba, sus palabras parecían deslizarse fuera de control, revelando más de lo que pretendía —Te quería, mucho... Si mis deseos si hicieran realidad, hubieses sido vos, ¡pero nunca te diste cuenta! —Su garganta ardía por el desgarro de sus gritos —¡Te di muchas señales!

Fui yo quien nos quemó
pero no es lo que quería
lamento haberte lastimado
no quiero perder, no quiero perder esto contigo

Enzo la miraba con una mezcla de tristeza y arrepentimiento en los ojos, sintiendo el peso de sus propias palabras en el aire. Sabía que tenía que hacer algo para detenerla, para hacerle saber que estaba allí para ella, que la amaba más de lo que podía expresar.

Sin decir una palabra, Enzo dio un paso adelante y juntó sus labios con los de Victoria en un beso suave pero apasionado. El mundo pareció detenerse en ese momento, mientras el calor de sus labios se encontraba con el frío de la noche, creando una chispa de electricidad que los envolvía a ambos.

Por un instante, todo lo demás desapareció. Solo estaban ellos dos, perdidos en el abrazo de su amor compartido. Y en ese momento, Victoria sintió una sensación de paz y certeza que nunca antes había experimentado.

Cuando finalmente se separaron, sus ojos se encontraron con los de Enzo, llenos de amor y gratitud.

—Te amo, Victoria. Siempre lo hice y siempre lo voy a hacer —dijo Enzo, su voz llena de sinceridad.

Victoria vaciló por un momento, sintiendo la lucha interna entre la razón y el corazón. Cada fibra de su ser gritaba por salir corriendo, por dejar todo eso atrás y no volver nunca más. Pero una pequeña voz en su interior le recordaba el amor que sentía por Enzo, la conexión que compartían.

Victoria sintió cómo su corazón se aceleraba, bombeando adrenalina a través de sus venas mientras sus pies golpeaban el suelo en una carrera desesperada. Cada paso parecía llevarla más lejos de Enzo, pero también más cerca de liberarse del peso abrumador que llevaba sobre sus hombros.

Sus pensamientos eran un caos, una mezcla de miedo y confusión. Quería huir de todo, de Enzo, de sus propias emociones, pero al mismo tiempo anhelaba la calidez y la seguridad de sus brazos.

Corrió sin rumbo fijo, dejando atrás calles vacías y luces parpadeantes, hasta que finalmente se detuvo, jadeante y agotada, en un rincón oscuro de la ciudad. Las lágrimas seguían fluyendo, pero esta vez no por el frío, sino por la tormenta interna que la consumía.

Enzo observó con sorpresa cómo Victoria se alejaba corriendo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Se quedó paralizado por un momento, sin entender qué acababa de suceder. El viento gélido de la noche parecía llevarse consigo los fragmentos de su amor compartido.

"Victoria, esperá", quiso gritar, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Se quedó solo, sintiendo un nudo en el estómago y una sensación de vacío que lo invadía por completo. No sabía qué hacer, dónde ir, cómo seguir adelante sin ella.

El sonido de sus pasos resonaba en el silencio de la calle, recordándole la distancia que ahora los separaba. Enzo se quedó allí, en medio de la vereda, tratando de comprender lo que acababa de suceder y preguntándose si se había mandado una cagada que terminó de joder todo

━━━━ ainu (author's note) ━━━━
hi, estoy re enojada pq no me quisieron contestar si era buena idea lo del beso o no 😡
pero anyways, los amo igual.
creo que el capítulo que viene va a resolverse bastante (sorry, spoiler)

REPUTATION   ✶   enzo vogrincic Where stories live. Discover now