🦋 Capítulo 11

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Era tarde cuando llegaron al pequeño y desgastado hotel donde pasarían la noche. Los autobuses rurales habían dejado de salir horas antes, así que no les quedó más remedio de buscar refugio para el anochecer.

Comieron una orden de tacos en la esquina de la calle antes de entrar al lugar y pedir una habitación. Valentín se sentía exhausto cuando por fin pudo desplomarse en una de las camas individuales. El colchón era duro y las sábanas olían a detergente barato, pero sus músculos tensos agradecieron el poco confort que se les ofrecía.

Elías se sentó en la orilla de la otra cama con la vista fija en la alfombra de figuras geométricas. El muchacho no había hablado mucho desde que habían salido de la estación. Ninguno de los dos lo había hecho.

Se turnaron para usar el baño. Valentín se quedó un poco más de la cuenta bajo el chorro de agua de la regadera tratando de acabar con los nudos que podía sentir como un peso físico sobre su espalda. Al terminar ni siquiera se preocupó por vestirse, se limitó a ponerse la ropa interior y salió a la habitación donde Elías ya estaba recostado mirando el techo amarillento.

—Supongo que buscarás pasaje para volver a Texas —comentó el muchacho rompiendo por fin el silencio.

—No, no me iré a ningún lado. Voy a quedarme aquí en la ciudad.

Elías se incorporó de un salto, encajando ambos codos en el colchón para poder mirar a Valentín. Los ojos claros del muchacho se desviaron solo un momento para apreciar la desnudez de Valentín antes de volver a centrarse en su rostro.

—Creí que...

—Ese hombre dijo que no debía ir a Aguadulce, pero no mencionó nada de dejar de investigar —Valentín se sentó en su propia cama—. Sé que no tengo derecho a pedirte más de lo que ya me has dado, pero me gustaría que me ayudaras.

—¡Sí! —asintió Elías antes de tener idea de lo que iba a pedirle.

Valentín sonrió.

—Al fin sé quién es la persona que se encuentra enterrada en esa propiedad. Mi tío siempre tuvo razón. No pienso permitir que esos tipos se interpongan en mi camino.

—¿Qué planeas?

—Investigar si Rafaela tenía problemas con alguien de Aguadulce, ese es el primer paso.

Elías asintió, pensativo.

—Creo que puedo preguntarle a Nieves. Ella es la opción más confiable ya que dice que Rafaela era su amiga.

Valentín lamentó no haberle hecho más preguntas a la anciana, sin embargo no había querido abrumarla más de la cuenta. Doña Nieves se había mostrado bastante desolada luego del arranque de coraje que tuvo y tras la confesión que les había hecho.

—Entonces supongo que nos seguiremos viendo —Elías parecía bastante feliz con la idea.

—Creí que habías dicho que no te gustaba.

Las mejillas de Elías se sonrojaron y no respondió.

Valentín buscó entre su mochila una playera que pudiera usar para dormir y solo encontró una hoja de papel doblada en medio de sus pocas piezas de ropa.

—¿Qué pasa? —quiso saber Elías cuando lo escuchó jadear sorprendido.

—Una nota de tu mamá —explicó enseñando la hoja.

—¿Qué dice?

—Valentín, he visto en tu futuro una encrucijada. Bustamante te pedirá que abandones tu búsqueda y no vuelvas a Aguadulce —recitó en voz alta—. Debes ignorar sus amenazas y ser más inteligente. No luches contra él, trata de adular su ego y obtendrás lo que deseas. Él es un hombre que conviene más como aliado que como enemigo. Tiene motivos para mantenerte lejos de Aguadulce, así que dale motivos más poderosos para que te mantenga aquí. Posdata; por favor usen los preservativos que les puse en la mochila. Diviértanse.

Besando Tumbas || #ONC2024Onde histórias criam vida. Descubra agora