2.

35 3 1
                                    

Mi cuerpo se encontraba temblando, mis piernas se sentían muy ligeras y mi cola pesaba, sentí sudor recorrer mi rostro, pero al ser para mí biológicamente imposible, me di cuenta de que eran lágrimas. Siendo esta la primera vez que recuerdo al miedo se apoderarse de mí, decidí que la mejor opción en ese momento era escapar de mis contrincantes.

Reuní energías para comenzar a correr en la dirección contraria, con la intención de esconderme en algún lugar de este extenso bosque pero eso no ayudó ya que uno de mis enemigos me atrapó al instante. Me tiró al piso, poniendo fuerza en mi espalda para que no me levante y comprometiendo mi cola. Al estar asustada no podía concentrarme lo suficiente como para hacer un movimiento de liberación, no me quedó más que quedarme quieta y tratar de calmarme.

— número 21. — escuché como gruñía. — no te resistas.

Su simple voz me hizo estremecer. Había llegado.

— Doctor Maki Gero.— gruñí mientras que los que sujetaban me obligaban a ponerme de pie. — esperaba verte en el infierno. ― respondí cuando lo vi enfrente de mí, aún en el aire.

Eso lo hizo sonreír y le hizo una seña a uno de los androides con los que había peleado antes que me sujetaran por la espalda, ellos lo hicieron y me agarraron los brazos y la cola. — ya ves que no, por ahora. — dijo y se posó sobre el piso. — esta vez quiero hacer las cosas bien, número A21.

Fruncí el ceño al recordar ese nombre, ahora sólo Bulma me llamaba así pero en modo de broma. Sonreí de lado. — ¿Qué? ¿me vas a matar? — lo miré caminar alrededor de donde me tenían sujeta.

— no, — se posó al lado mío.— quiero que seas buena conmigo esta vez. Te haré varios favores si te dejas de resistir.

— ¿Por qué aceptaría favores tuyos?.— mi pregunta le dio gracia.

— porque tengo esto..— de su chaqueta sacó un control remoto con una etiqueta en negro que decía A017.— ¿sabes de quién es?.— me miró con burla.

— ¿N-número 17?— lo miré con sorpresa a lo que él asintió.— ¿Có-cómo lo encontraste?

Volvió a guardarlo en su chaqueta y siguió caminando con los brazos atrás.— hiciste bien en esconderlo en una isla llena de animales, me costó mucho encontrarlo. Lamentablemente para ti, los rumores corren entre los humanos y no me esforcé mucho para poder escuchar que había un super humano que podía cuidar a más de mil animales salvajes él solo.

— El refugio..— lamenté, hace mucho que no volvía a contactarme con él.

— No lo destruí. Sigue en pie, sólo que siendo mi refugio. Uno de los tanto que tengo alrededor del mundo pero lo bueno de este es que ahí no van personas, sólo hay animales.

Gruñí.— ¿Desde cuándo lo tienes?

— ¿Mm?.— él volvió al frente y me miró.— creí que sabrías, pero bueno.. desde que terminó la batalla contra un tal Majin Buu..

— hace casi cuatro años..— maldije mirando hacia el suelo.

— sí, así parece ser.― se ríe.― Te has vuelto dócil, normalmente no hubieras cedido a lo que dicen unos simples humanos de ti, ¿o me equivoco?

¿acaso se refería a Trunks y Goten?

— ¿Cómo mierda..?

— tu teléfono.— interrumpió.— he podido escuchar tus conversaciones desde que tu hermano le pidió ayuda a uno de mis androides para arreglar su línea telefónica. Claramente él se creyó la farsa de que eran técnicos automáticos que mandó la compañía para facilitar el trabajo a los humanos.

La Hermana de Vegeta | 2Where stories live. Discover now