Capítulo cincuenta y seis [Final]

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Vegita.

Desde la derrota de Majin Buu han pasaron 6 meses, desde entonces en la Tierra no ha habido ningún peligro. Vegetto y yo vivimos en una casa en el fondo del bosque. Él va casi todos los días a jugar con Trunks y/o Goten a diferencia de mí, yo me encargo solo de entrenar. Hace mucho no los he visto aunque hablo con Bulma por teléfono una vez a la semana.

Al parecer Vegetto y yo tenemos más cosas en común de lo que pensaba. Somos bastante parecidos y hacemos todo juntos. De vez en cuando tendemos a pelearnos, pero se solucionan a golpes y como conozco la forma en que ataca es más fácil derrotarlo.

Ahora mismo se encuentra en Corporación Capsula en una de las fiesta organizada por Bulma.

—No entiendo como esa mujer pierde tanto el tiempo en fiesta y reuniones familiares. Son molestas.— yo no voy a ninguna de estas pero me mantengo al margen de lo que ocurre en todo momento, ya que cuando Vegetto llega no para de hablar de todo lo que hizo ni de todo lo que comió.

Suspiré molesta y dejé el libro que leía en la mesa. Me levanté del sofá y fui a la cocina. El maldito teléfono no dejaba de sonar.

—¿qué ocurrió, Bulma?. —  hablé antes de que dijera algo.

—¡oye, le prometiste a los niños que vendrías!. —grita molesta.

—Ajá..—Respondí mirando mis uñas pensando en la última vez que las vi largas.

—¿¡cómo que ajá, veintiuno!?¡Tienes que venir!

—no tengo necesidad de ir, pero gracias por la invitación. Disfruta tu fiesta, no habrá mucha diferencia si voy o no .—Sin más corte y me agarré la cabeza.

El teléfono nuevamente sonó. De un tirón corté el cable y este se calló.

Fui nuevamente al sillón y me recosté en este poniendo mi mano sobre mi cabeza.

A lo largo de estos 7 años recuperé la memoria. Recordé todo lo que viví antes y me parece ciertamente increíble. También recordé el sufrimiento por el que pase al ser convertida en androide. 

En donde morí y volví a nacer.

Las largas e infinitas horas de sufrimiento y pánico. Los cortes eléctricos que ocurrían en mi cabeza. Todas las veces que el viejo probaba nuevos mecanismos en nosotros.

Aunque más lo hacía en Lápiz y yo tenia que detener a la pequeña Lazuli la cual quedó completamente traumatizada después de ver las cosas que le hacían a su hermano.

A mi no me afectaban tanto, puesto yo estaba acostumbrada a ver el sufrimiento de los demás.

Poco a poco me di cuenta de que estaba llorando. Las lágrimas y los suspiros se hacían presentes, la impotencia de no haber podido hacer nada en ese momento me consumía día y noche. Aunque afortunadamente, ni 17 ni 18 recuerdan eso puesto que antes de ser activados definitivamente el viejo les borró la memoria. 

A diferencia de mí que no pudo borrarla toda, puesto que los Saiyajin tenemos una mente muy avanzada y si llegáramos a perder la memoria de un golpe o de otra manera igual la recuperaríamos al tiempo después.

Suspiré. Ni yo sé porqué me acuerdo de estas cosas en este momento.

aún no sé si hacer una tercera temporada, ya que nos fue un poco mal pero tengo muchas ideas para esta historia :c


La Hermana de Vegeta | 2Where stories live. Discover now