La Hermana de Vegeta | 2

Capítulo cuarenta y cinco.

Ambos Guerreros se miraron sorprendidos, de repente Majin Buu hace una pose única; poniendo sus manos juntas a la altura de su cadera y girando hacia atrás.

—¡oh!¡No!

—¡Hará un Kame Hame ha!

Majin Buu envió el Kame Hame Ha y Goku lo golpeó con sus dos manos y se lo devolvió a buu, él hizo lo mismo, golpeó la energía pero esta casi le da a Babidi, que la esquivo y cayó en una ciudad. Provocando un fuerte temblor.

Del gran temblor que también se sintió en el templo y en la atmósfera 

—El templo también se estremece. —Se sostiene con su bastón.

Una fuerte brisa se desató por todo el lugar.

—¡casi me matas!. —Todos ignoraron el reclamo de Babidi.

—Tienes cara inocente pero eres un genio en las peleas, nunca había conocido alguien que copiara las técnicas de sus oponentes tan rápidamente.— alagó Vegeta.

Trunks por fin había encontrado el radar y al darse cuenta, ambos volvieron a su estado base.

—¿¡por qué volviste a la normalidad!? sigamos jugando es muy divertido.—exigió el monstruo.

—para nosotros es un honor pero no tenemos mucho tiempo como para jugar contigo Majin Buu, lo siento pero ya nos vamos.— finalizó Gokú.

—¡eres un tonto!¡no escaparán de nosotros! acaba con él de una vez por todas para matar a esos granujas. —refiriéndose a Raditz y los demás.

Majin Buu comenzó a bailar, ignorando completamente las ordenes de Babidi.

—Escucha. Ellos aparecerán en unos dos días, sólo les pedimos paciencia.

—no quiero que destruyan más ciudades.

—¿y ellos son fuertes?.—preguntó curioso

—por supuesto que lo son, te lo puedo asegurar.

—¡no te haré caso!.—gruñó Babidi.—  más ganas me dan de seguir matando.

—que lástima y yo que quería darle una magnífica pelea a Majin Buu .

—oye, Babidi cuando te hayas ido al infierno me voy a encargar que sufras, se lo pediré a Enma-Sama personalmente.— gruñe Vegeta, mirándolo con desprecio.

Babidi le saca el dedo de medio y ambos desaparecen.

—¡desaparecieron!.— gritó.— Majin buu escaparon por tu culpa, eres un bueno para nada ve a buscarlos. —lo ignora. —¿¡te estás haciendo el sordo!? ¡Eres tonto y gordo y además no entiendes las cosas!

Majin Buu se pone furioso y se da la vuelta.— ¡Babidi!. —Sonríe falsamente.

—¿qué quieres?. —respondió con miedo.

— se me ocurrió una gran idea.

—¿qué dijiste? ¡pero si eres un tonto!.— lo regañó.— pero está bien, dímelo.

Se acercó a Babidi con intenciones de contarle un secreto.— señor Babidi ponga atención.

—¿qué quieres? dime ahora porque tienes que seguir a esos granujas​.

La cara de Majin buu se transformó en una horrible y despiadada mientras sujetó el cuello de Babidi.

—¡sí~! Así no podrá decir ni una sola palabra ni siquiera el conjuro para encerrarme.

Babidi se estaba ahogando y sus venas se saltaban gracias a la presión sanguínea, finalmente su cabeza explotó y dejó lleno de sangre el guante de Buu. Este festejó feliz.