Narra ___:
Alan se agacha y mira los nidos más de cerca, sin atreverse a decir nada más. La última vez que ví huevos de raptor había sido en la Isla Nublar, en el parque, con él, el momento en que descubrimos que todo se había salido irremediablemente de control. Yo tenía varios centímetros menos de altura que ahora, pero una idéntica expresión de asombro y la misma cantidad de preguntas. Hay incógnitas que nunca se terminan de revelar, y cosas a las que uno nunca se acostumbra. Descubrir animales extintos creciendo dentro de un cascarón es una de ellas.
Veo a Billy aparecer detrás de mí, y retroceder en silencio apenas nota lo que tenemos frente a nosotros.
-No puede ser...-murmura, aunque no distingo si con horror o con fascinación. Conociendo a mi amigo, es más la segunda que la primera- ¿Son... nidos?
-Sí.
-De raptores- añado, incómoda de repente. Billy me mira fijo, luego a los huevos y luego a mí otra vez. Rezo porque no haga un comentario ridículo ni me pregunte si yo habré nacido de un huevo. No sabría que contestarle.
El paleontólogo sale de su trance y vuelve hacia nosotros.
-Hay que irnos de aquí- dice- antes de que los padres vuelvan.
Miro hacia un lado y al otro, nerviosa. Los raptores no dejan solos a sus bebés, los raptores no son tomados por sorpresa en sus nidos, no. Los raptores acechan, se esconden entre los matorrales, y atacan. Pero pasan unos momentos y no, no hay ataque, no hay chirridos embravecidos ni filos mortales, así que asiento y me pongo en marcha, dispuesta a seguirle el paso a Alan.
-¿Viste raptores la última vez que estuviste aquí?- me pregunta, no a modo curioso. Tiene tono de interrogatorio.
-Sí. Hicieron desastres.
-¿Eran muchos?
-Muchos más que en Nublar.
Suspira con pesar, abrumado por el descubrimiento. Sabe tan bien como yo que, si los raptores averiguan que estamos aquí, estamos muertos. Son el peligro más grande al que nos enfrentamos en las islas, tal vez los que más vidas se han cobrado desde que volvieron de su sueño de sesenta y cinco millones de años. Mi mentor debe aún tener el sonido de su llamado grabado a fuego en la memoria, y los ojos fríos de los reptiles a punto de atacar en las pesadillas. Aprieto mis manos en mis bolsillos con inquietud. Yo nunca soñé con un raptor atacándome, nunca me atormentaron sus garras curvas ni miradas penetrantes. Fueron más bien mis propios ojos y uñas los que me arrebataron el descanso.
Aprieto los ojos y disipo esos pensamientos. Necesito, necesitamos salir de aquí.
-¿Dónde está Billy?- pregunta Alan, de repente. Giro la cabeza hacia todos lados tan rápido que podría romperme el cuello. Oh no, no se te ocurra Brendman, las nidadas de raptores no son un buen lugar para jugar a las escondidas.
Justo en el momento en que me dispongo a desandar a toda velocidad el camino que ya habíamos hecho, mi amigo reaparece entre los matorrales, con gesto de inocencia. Mis nervios automáticamente se transformaron en alivio, y luego mutaron en ganas de asesinarlo por el susto que nos había dado.
-Eres un imbécil y me vas a matar de un infarto- declaro, mi manera de decir "estaba muy preocupada porque te quiero y no podría soportar que te mueras".
-¿Dónde estabas?- pregunta Alan.
Billy, con una sonrisa boba y como si no entendiera nuestra preocupación, alza la cámara que lleva entre manos.
-Solo estaba sacando unas fotos del nido...-responde simplemente.
Bueno, Billy desapareció por literalmente treinta segundos y nosotros dos casi le preparamos un funeral. Creo que tenemos que bajarle al estrés un poco, por nuestro bien.

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Jurassic Park (dinosaurios & tú) (EN EDICIÓN)
Fanfic___ es la hija de John Hammond, a quien adoptó cuando sólo era un bebé. Tiene ocho años, ama a los dinosaurios y desea más que nada convertirse en una paleontóloga. Pero un proyecto de su padre la llevara a la Isla Nublar, donde su más grande sueño...