73- La agente

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Narro yo:

El motor se pone en marcha, y Cristina no tarda en empezar a calcular probabilidades, maldiciendo una y otra vez a la maldita variable. Todo era posible por culpa de la variable, incluso que acabasen de quedar atrapados en una escena digna de una película de acción, con intercambio de información, beso y coches negros. Aprieta los ojos consternada, el hecho de que ___ fuera mitad dinosaurio había abierto para siempre la puerta de las incoherencias, la caja de pandora, ya no había vuelta atrás. Sólo esperar que el próximo hecho surrealista no fuera letal.

-Andrea- comienza Billy, murmurando con desconfianza- ¿Qué es todo esto? ¿Qué hacemos aquí?

-¿Te sigues preguntando idioteces?- interviene Cristina, irritada- ¡te engañó, idiota! ¡Todo este tiempo estuvo con los que se llevaron a ___! ¡Era clarísimo, pero noo, tú querías otra cosa! Y te olvidaste de todo lo que hablamos en el camino para comerle la boca- se lleva las manos a la cabeza- por qué será que nadie me escucha, maldita sea.

El chico vuelve hacia la mujer de cabello negro, que lo observa sentada frente a ellos, sin expresión alguna.

-¿Es eso cierto, Andrea?

-¿¡Por qué le sigues preguntando a ella!? ¡No te va a decir la verdad, bobo!

-Quiero que tenga la oportunidad de defenderse- el tono de Billy es solemne y termina por sacar a la chica se sus casillas.

-¡Sí, que se defienda de nuestras tenaces acusaciones mientras viajamos en su coche, al que subimos completamente por nuestra propia voluntad!- a esta altura, la estudiante de Malcolm está en un estado de histeria que, junto con el sarcasmo, disfraza su absoluto terror- ¡Pobrecita ella, tan indefensa!

Apenas Cristina termina de hablar, Andrea hace un gesto sutil al conductor, que está a sus espaldas. Este aminora la marcha, dobla y lentamente detiene el coche. Ante el rostro de confusión de ambos amigos, ella se estira y abre la puerta del vehículo.

-Pueden irse si quieren- dice con simpleza- pero no se los recomiendo.

Cristina mira la puerta y mira a Andrea sucesivamente, intentando que su cerebro no haga cortocircuito.

-¿Podemos?- Andrea asiente. Cristina, sin más, se pone de pie e intenta bajar. Billy la detiene.

-¿Por qué nos subiste entonces?

-Billy, ¿Recuerdas esa vocecita en tu cabeza que te indica cuando hay que huir?- su amiga habla entre dientes, tensa- se llama instinto de supervivencia. Deja de preguntar y hazle caso.

-Porque los vieron conmigo. Si deciden irse, están los dos muertos.

Cristina está furiosa, pero el peso de las palabras de la mujer la hace reconsiderar su decisión. Despacio, vuelve a su asiento.

-No entiendo, acabas de decir que podíamos irnos si queríamos. No me gusta particularmente que me amenacen.

-No somos nosotros los que vamos a matarlos, son ellos- añade Andrea- no los dejarán irse si piensan que tienen información.

-¿Qué tipo de información?- interviene Billy.

-Sobre el paradero de ___.

Los amigos se miran con ilusión, Cristina hasta parece olvidar sus ansias de escapar. 

-¿Qué sabes sobre eso?- pregunta ella, cambiando su tono radicalmente a uno suave, casi amable.

Andrea los observa en silencio unos momentos, parece estar intentando tomar una decisión.

-Si les digo, tienen que prometer quedarse conmigo hasta que todo esto termine. Al menos claro, que quieran que los maten, o poner en riesgo mi operativo.

Jurassic Park (dinosaurios & tú) (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now