Narra ___:
Nos va a cazar, pienso, y me recorre un escalofrío. Puedo verlo en los ojos de la raptora. Nos va a matar a todos, empezando por Alan.
Sus ojos, fríos, profundos, silvestres. Esos mismos que relucieron bajo la luz de la luna, apenas protegidos por la arboleda. Ayer, viendo esos ojos, descubrí que es lo que debía hacer. Hoy también.
Muy despacio, empiezo a moverme en el lugar, hasta conseguir ponerme de pie.
-___...- masculla Alan entre dientes- quieta...
No le presto atención. Ahora tengo toda la atención de la raptora, que redirige su cuerpo tenso hacia mí ¿me reconocerá, o seré ahora una humana más a sus ojos?
Una humana. Respiro profundo, sin dejar de mirarla. Eso está por cambiar.
Le echo un vistazo de reojo al grupo, y una sensación de culpa me pesa en la espalda por unos momentos, pero la ignoro. Juré sacarnos de esta isla, cueste lo que cueste. Vuelvo hacia el frente, el raptor se erige frente a mí y me mira a los ojos, me pone a prueba, como ayer bajo la sombra de la noche y de todas mis dudas. Miré al abismo, y no me aparté cuando este me devolvió la mirada.
Lo que no dije fue qué es lo que su mirada me devolvió.
Clavo mis ojos en los suyos, sin miedo, sin desafío. Veo, en sus pupilas, la imagen de mi propio reflejo.
Cueste lo que cueste, pienso, y decido que iré hasta las últimas consecuencias con tal de sacar a Alan de esta isla.
Doy un paso hacia el raptor, y este retrocede desconcertado, tal vez sin entender. Estaba por hacerlo. Todos estaban poder entender.
Avanzo, y las memorias de todos mis momentos en las islas comienzan a pasar por mi mente como una película. Las jeringas agudas de la isla Pena, los lentes del científico reluciendo ante mí. El líquido introduciéndose en mi sangre, fluyendo frío, y es casi como si pudiera sentirlo ahora mismo, llenando cada rincón de mi cuerpo. A cada paso, siento mi piel endurecerse y ser reemplazada por capas grises. Siento mi rostro ensancharse, como la ilusión de un mal sueño. El pánico y la adrenalina me toman cuando la sangre derramada en los bosques verdes vuelve a mi memoria. Las persecuciones, los gritos, los cuerpos muertos. Los monstruos. Aprieto los ojos con fuerza, y me concentro en la noche en la pradera. El viento deslizándose libre sobre mi piel, la libertad invadiendo cada centímetro de mí. El recuerdo es tan vivo que puedo sentirlo en el cuerpo, me aferro, me deslizo y, sin resistencia, me dejo llevar por él hasta el otro lado.
Siento mis dedos alargarse y mis uñas endurecerse. Respiro hondo y mi cuerpo también se ensancha, cambiando en cosas que ni siquiera podría describir. Mi ropa se rompe, mis zapatos también. Pasan un par de segundos hasta que mi revolución interna me da un respiro, y es entonces cuando abro los ojos, y un mundo distinto se extiende a mi alrededor.
Ya no veo los mismos colores. Ya no siento las mismas cosas. No siento mis manos, mis pies, mi pelo, mi nariz. Siento mi lomo, mi cola, mi instinto. Siento el arrullo del viento sobre los helechos. Siento la tierra vibrar y el campo magnético. Huelo la manada de herbívoros y el miedo de los humanos, pero aún más importante, oigo los murmullos entre los raptores que ya no son ruido. Los escucho, los entiendo, porque ahora soy una de ellos.
Me había transformado en un raptor, completamente.
Tal como Negni había querido.
Abro la boca para hablar, y me doy cuenta de que ni tengo boca ni hablo. Más bien, de mi garganta sale un chirrido ahogado, como tantas veces había intentado, sólo que esta vez puedo oír las palabras en el silbido, el significado en el llamado, y no sólo en el mío.
"Hay que matarlos de una vez" creo entender, dice la raptora alfa. Me lo dice a mí, a sus compañeros. A todos nosotros.
Abro la boca y chillo. Me esfuerzo por explicar que no haremos más daño, que lamento todo lo que pasó. No sé si en el vocabulario de los raptores existirá el término "lamentar", ni si le importará un comino lo que le prometa. No sé si los raptores hacen promesas, pero los seres humanos si las hacemos. Y aún en esta forma, yo soy una humana.
"no queremos más problemas" articulo "nos iremos y los dejaremos en paz. Por favor, no les hagas daño"
La raptora oscila entre el grupo y yo. Ahora leo mejor sus expresiones, está contrariada. Su instinto asesino le indica una cosa, y mi voz otra muy distinta.
"¿Por qué deberíamos dejarlos ir?" dice, y sus palabras son claras, y su oración compleja "ese de ahí ya hizo bastante daño"
Habla de Alan.
"Él no robó los huevos"
La raptora niega, nerviosa, y chilla gutural. Está frustrada. Realmente desea matarnos a todos.
"Por favor" insisto, con la angustia atravesándome el pecho. Los raptores también sienten angustia, descubro. No son tan distintos de nosotros, en realidad "nos iremos y no volveremos jamás a molestarlos. No le hagas daño, él es... lo quiero como tú a esos bebés"
El gesto de la raptora parece ablandarse por un momento, casi bajar la guardia. Mira a sus crías aún dentro del cascarón, y toma una decisión.
Chilla dos veces. "Lo siento". Una fuerza densa me recorre el cuerpo y creo que se me eriza la piel, pero recuerdo que no tengo piel, no en esta forma. Lo que me pasa es que me preparo para atacarla.
Pero antes de que pueda hacer nada, ella se inclina sobre la tierra y toma uno de sus huevos entre su hocico, con infinita delicadeza. Nunca creí que la suavidad y esos dientes punteagudos y aserrados pudieran ir de la mano.
Me echa una última mirada antes de girar y partir, a paso ligero, con el huevo con ella. Otro raptor se acerca, toma el huevo restante y la sigue. En un abrir y cerrar de ojos, toda la manada desapareció en la espesura.
Suelto el aire y la tensión de mis pulmones, y un mareo oscuro me envuelve. Cuando me quiero dar cuenta, mi cuerpo volvió a ser rosado y pequeño. Manoteo la ropa rota del suelo para cubrirme con algo. Volví a ser humana.
Giro hacia el grupo, con alivio y bastante incomodidad. Estoy malditamente desnuda después de haberme transformado en un maldito dinosaurio. Maldita sea, esto es inusual.
-¿___?- es la voz de Alan- ¿Qué fue eso...?
-Eso- lo corto- es una larga historia.
Pero todas las explicaciones se terminan, y todo el mundo se detiene cuando Eric mira al cielo y musita algo casi con miedo.
-¿Oyen eso?
Susurros aéreos, como aspas cortado el aire a toda velocidad. Surcando cielo y mar para llegar hasta aquí.
Helicópteros.
Wow wow wow...¿Qué esta pasando? Suficientes dinosaurios por un día.
Ok, dejando de lado esto, creo que deberían comenzar a plantear teorías, acerca de lo que sucederá con los personajes....si, tambien Cristina.
Espero que tengan imaginación y comenten, el que escriba la mejor teoría le dedicaré el próximo cap, nos vemos!!!
-TwilyArual16, la creadora de raptores (?
(edit: 21/9/22)

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Jurassic Park (dinosaurios & tú) (EN EDICIÓN)
Fanfiction___ es la hija de John Hammond, a quien adoptó cuando sólo era un bebé. Tiene ocho años, ama a los dinosaurios y desea más que nada convertirse en una paleontóloga. Pero un proyecto de su padre la llevara a la Isla Nublar, donde su más grande sueño...