Capítulo 15: Irresistible

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Quinn

Ha pasado un mes desde que Belén volvió a Chicago y tuve ese momento con Rachel. No nos hemos hablado desde entonces porque me evita y ya estoy comenzando a cansarme. No sé cómo pedirle disculpas por lo que hice, me siento tan culpable...

Tanto, que comprendo lo que atravesó Rachel y tampoco sé cómo hablarle a ella. La veo casi todos los días, ya que iremos juntas a Yale. Sus padres y Shelby (que se ha convertido en una madre para mí) nos acompañarán y, bueno, cuando Rachel va a ver a su madre y Beth, me da la oportunidad de verla. Lo cual es increíble porque no sé que diablos hizo, pero esta cada día más hermosa.

Aunque me está fastidiando el hecho de que no me haga caso y que no quiera regresar conmigo. No hemos hablado de lo que pasó en el viaje, lo cual es frustrante. Insiste en que por lo que le hicimos a Belén, debemos estar separadas.

Conseguí un apartamento cerca de la universidad y por lo que escuche a Shelby hablar con Rach, ella había conseguido otro cerca del mío. Rach tenía dinero reservado de sus padres, pero yo no; por lo que Shelby me ayudó a conseguir un trabajo para poder cubrir mis gastos, aunque insistió en que ella pagaría el alquiler del apartamento y, luego de discutir mucho con ella, no me pude negar.

Ahora mismo estaba en el supermercado, esperando a que me cobraran. Compré leche para Beth y la cajera tenía problemas con la caja registradora y había una larga fila de espera para ser atendida. A la frustración de todos mis problemas se le sumó a esto y comencé a moverme desesperada. Tenía que llegar pronto, pues en un par de horas me iría a Yale con Rachel y estaba ansiosa de irme de Lima con ella.

La cajera levantó la cabeza y me vio mirarla de mala manera, lo cual pareció ponerla nerviosa y me miró como preguntándose qué pasaba.

«¡Oye! Tengo a mi hija esperando en casa por alimento. ¿Crees que puedes apurarte?»

Le hablé con un tono severo, el cual la puso más nerviosa. Un muchacho comenzó a ayudarle, se había trancado la caja y no podía sacar el dinero.

«¡Quinn! ¡¡Ven, aquí hay lugar!!»

Dijeron desde la caja de al lado y vi a Yorlenny, la nueva amiga de Rachel. La conozco del instituto, pero, personalmente, hace unas pocas semanas me la presentó. Siempre me da miradas seductoras, lo cual parece incomodar a Rach y como eso me agrada, le sigo el juego. Ponerla celosa, hace que me preste atención y es justo lo que quiero. Aunque trato de no crearle ilusiones a la chica, ya que quiero a Rach.

Me acerqué sonriendo y estaba pagando sus cosas. Tomó la caja de leche que tenía en mi mano y la sumó a su cuenta, no me dejó pagarlo y dijo que sería su regalo para Beth. Le sonreí y salimos de allí juntas. Había venido a pie, por lo que me ofrecí a llevarla a su casa. Era lo menos que podía hacer ante el favor que me hizo.

La estaba dejando en su casa cuando me miró.

«Escucha, Quinn. Sé que hoy te vas con Rach y su familia para Yale, yo me iré más tarde, pero, ¿crees que podremos juntarnos para tomar un café y recorrer la ciudad?»

Le sonreí y le asentí. Justo cuando se iba a bajar, se detuvo agarrando sus bolsas y se acercó tan rápido a mí, que no tuve tiempo de reaccionar y sentí como me besaba.

¡Dios! ¿Es que ahora soy un imán de mujeres? Primero Belén, Rachel y ahora Yorlenny. ¡Diablos! Se apartó de mí y la mire totalmente sorprendida. Ese beso no me lo esperaba. Se bajó y rodeó el auto pero al subir a la vereda sea cercó a mi ventana y me miró con una sonrisa.

«Sé que todavía amas a Rachel, pero si te interesa estoy dispuesta a ayudarte. No tienes porque amarme, tu mera compañía sería más que suficiente. Así que no le digas nada a Rach y cuando quieras, tan solo me buscas y nos encontramos en secreto para tener la aventura que quieras.»

Faberry LovestoryWhere stories live. Discover now