Capítulo 52: La mente de Badgey
El refugio estaba en silencio, roto solo por el sonido del lápiz raspando contra el papel. Badgey estaba sentado en una esquina improvisada como su escritorio, rodeado de cuadernos viejos y hojas desordenadas llenas de ecuaciones, notas y diagramas. Había amanecido hace horas, y Soldier y Torcher habían salido temprano para buscar provisiones. Badgey se había quedado, atrapado en un torbellino de pensamientos y cálculos.
-No tiene sentido... -murmuró, frunciendo el ceño mientras escribía con una rapidez casi frenética-. Si el compuesto era estable a esa temperatura, ¿cómo fue que... no, no, algo más tuvo que haberlo desestabilizado...
Tachó una ecuación entera con furia y comenzó de nuevo, murmurando en voz alta como si estuviera explicándole algo a un grupo imaginario.
-El catalizador no pudo haber sido el problema, lo probamos varias veces en simulaciones. Entonces, ¿qué cambió? ¿Fue el tiempo de exposición? ¿La presión?
Badgey se detuvo, dejando caer el lápiz y pasándose las manos por el cabello desordenado. Estaba desesperado. Siempre había sido considerado un genio, un superdotado en ciencias y matemáticas. Resolver problemas complejos era su especialidad, su refugio. Pero ahora, cada intento de entender lo que había fallado se sentía como golpear una pared invisible.
-No puede ser... no puedo haberme equivocado. Esto es... esto es culpa de Mr. P, sí. Él fue quien apresuró el experimento -dijo, levantando la voz como si estuviera discutiendo con alguien-. Pero... no. Yo acepté seguir adelante. Yo...
Se interrumpió, sus manos temblaban mientras agarraba otro cuaderno y lo abría rápidamente. Comenzó a escribir una nueva fórmula, más compleja que la anterior, hablando en voz alta para organizar sus pensamientos.
-Si asumimos que la solución base estaba contaminada, entonces el efecto domino habría... ¡Claro! No... espera. Eso no explica la aceleración del contagio. Necesito más datos, más pruebas...
El científico se levantó abruptamente y comenzó a caminar por el pequeño espacio, murmurando para sí mismo. Parecía ajeno al mundo exterior, atrapado en un ciclo interminable de culpa, desesperación y obsesión por encontrar respuestas.
-No fue mi culpa... -susurró, deteniéndose frente a una de las hojas donde había dibujado un diagrama de lo que parecía ser el virus-. Pero ahora depende de mí arreglar esto.
Badgey miró el diagrama con una mezcla de odio y determinación. Había diseñado algo revolucionario, algo que podría haber cambiado la ciencia para siempre. Pero ahora era una maldición, una plaga que había escapado de su control.
-Podría sintetizar un antídoto si tuviera acceso al equipo adecuado... -dijo en voz baja, casi como una súplica-. Pero estamos atrapados aquí, y ellos... ellos confían en mí.
Volvió a sentarse, agarrando el lápiz con fuerza y comenzando a escribir de nuevo. Su mente trabajaba a toda velocidad, intentando recordar cada paso del proceso original, cada variable que podría haber influido en el desastre.
-Si tan solo pudiera... ¿y si...?
Badgey se detuvo, sus ojos se iluminaron brevemente con una idea. Comenzó a escribir con más rapidez, trazando líneas, números y símbolos en una página nueva. Pero esa chispa de esperanza pronto se desvaneció cuando el cálculo final no coincidió con lo que esperaba.
-¡No puede ser! -exclamó, golpeando la mesa con el puño y dejando caer el lápiz al suelo.
Respiraba con dificultad, sus ojos rojos de tanto forzar la vista y su cuerpo agotado de no dormir bien. Badgey sabía que el tiempo se estaba acabando, que cada segundo que pasaba, la infección se expandía más allá de lo que podían controlar.
Se sentó de nuevo, hundiendo la cabeza entre las manos. Por un momento, todo estaba en silencio. Pero luego, en un susurro apenas audible, dijo:
-No importa cuánto lo intente... ¿y si no hay solución?
El sonido de la puerta del refugio abriéndose lo sacó de sus pensamientos. Soldier y Torcher regresaban de su exploración. Badgey levantó la vista, tratando de recomponerse, pero su mente seguía atrapada en la maraña de números y culpa que lo consumía.
Torcher entró primero, llevando una mochila llena de provisiones, mientras Soldier sonreía cansado. Badgey los observó desde su rincón, sintiéndose aún más pequeño ante su presencia.
-¿Descubriste algo? -preguntó Torcher con su tono habitual, aunque había un dejo de impaciencia en su voz.
Badgey tragó saliva y desvió la mirada.
-Estoy... trabajando en ello -respondió, su voz apenas un susurro.
Soldier se acercó, dejando algunas latas de comida junto a Badgey.
-Tómate un descanso, Badgey. Has estado trabajando muy duro -dijo con una sonrisa amable.
Badgey asintió, pero no tocó la comida. En su mente, sabía que no podía detenerse. La culpa y la desesperación eran su combustible ahora, y hasta que no encontrara una solución, no podría descansar.
( Eso pasa cuando eres gay. 😘 )

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°•-♡ I feel different with you ♡-•°
Science Fiction°•-♡ Me siento diferente contigo ♡-•°... Este libro se trata de un soldado con un sueño: Ser soldado. No es el mejor en todo como otros libros que comienza con el protagonista siendo el mejor, pero no es inútil, Torcher, su general, es alguien con e...