Capitulo sesenta y dos.

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Capítulo 62: Decadencia

El camino entre la galería y el siguiente punto en su mapa no era largo, pero estaba plagado de obstáculos. Los infectados eran cada vez más agresivos, y la tensión en el grupo aumentaba con cada paso.

Doggy iba en silencio, caminando detrás de los demás. Soldier notó que su respiración era irregular y que su postura se veía extraña.

-¿Doggy? -Soldier lo miró con el ceño fruncido-. ¿Estás bien?

Doggy parpadeó varias veces, como si le costara enfocarse.

-Sí... solo estoy cansado -respondió con voz rasposa.

Pero Soldier no estaba convencido. Algo en Doggy no estaba bien.

Badgey, por su parte, caminaba distraído, revisando sus notas sobre la infección.

-No tiene sentido... si el virus es tan agresivo, ¿por qué algunos tardan más en transformarse? -murmuraba para sí mismo-. Tal vez la cantidad de exposición influye...

Torcher rodó los ojos.

-No empieces con tus monólogos de científico loco.

El grupo se detuvo en un pequeño almacén abandonado para descansar. Soldier se acercó a Doggy y lo observó con atención. Había algo en su expresión... algo inquietante.

-Déjame verte la espalda.

-¿Qué? -Doggy frunció el ceño.

-Tu camisa tiene un desgarro. Déjame ver.

Doggy vaciló, pero al final suspiró y se giró. Soldier levantó un poco su camisa y lo vio: una mordida en su costado, oculta bajo una mancha de sangre seca.

El silencio se hizo pesado.

-¿Cuánto tiempo llevas así? -susurró Soldier.

Doggy no respondió.

Torcher se acercó y vio la herida.

-Tsk. Así que nos has estado ocultando esto...

Badgey dejó de escribir y levantó la mirada.

-Bien, ya está claro. Se infectará. ¿Lo matamos ahora o esperamos a que intente matarnos primero?

Soldier apretó los puños.

-No. No lo vamos a matar.

Torcher y Badgey se cruzaron de brazos, pero no discutieron.

Doggy bajó la mirada, con una mezcla de culpa y resignación en los ojos.

-Solo... avancemos.

Y eso hicieron.

Día tras día, la infección avanzó en Doggy.

Al tercer día, su piel estaba más pálida y sus movimientos eran erráticos. Soldier intentó hablar con él, pero Doggy solo murmuraba cosas sin sentido, como si estuviera luchando contra su propia mente.

Cuando llegaron al bosque, ya no quedaba rastro del hombre que habían conocido.

Doggy estaba completamente infectado.

Cuando el grupo se detuvo en un claro del bosque para descansar, Doggy se quedó atrás. Soldier miró hacia él... y vio cómo Doggy se llevaba las manos a la cabeza, respirando agitadamente.

-¿Doggy...?

De repente, Doggy gritó y se lanzó hacia ellos con un hacha en la mano.

-¡Maldición! -Badgey se apartó justo a tiempo.

Torcher levantó su lanzallamas, pero Soldier lo detuvo.

-¡No! ¡Es Doggy!

-¡No es Doggy! -Torcher lo empujó-. Es un maldito infectado.

Doggy atacó sin piedad, balanceando el hacha con fuerza. Soldier esquivó por poco, sintiendo la brisa del filo pasar cerca de su cuello.

-¡Doggy, detente! ¡Lucha contra eso! -gritó Soldier.

Pero Doggy no respondió. Sus ojos estaban vacíos, inhumanos.

Torcher encendió el lanzallamas.

-Te di una oportunidad.

Doggy corrió hacia él con el hacha levantada. Pero justo cuando estaba a punto de atacar... su pie tropezó con una raíz.

Cayó hacia adelante, directo a las llamas de Torcher.

El fuego lo consumió al instante. Doggy soltó un grito inhumano mientras su cuerpo se retorcía entre las llamas.

Soldier miró la escena con el corazón latiéndole con fuerza.

Así terminaba la historia de Doggy.

No había sido asesinado.

Se había condenado a sí mismo.

El olor a carne quemada llenó el aire.

Torcher apagó el lanzallamas y miró los restos carbonizados en el suelo.

-Tsk. Estúpido hasta el final.

Badgey exhaló y guardó sus notas.

-Uno menos en el camino.

Soldier, en cambio, no dijo nada. Solo miró las cenizas en silencio.

La infección no tenía piedad.

Y ellos tampoco podían darse el lujo de tenerla.

(Fans de Doggy: Se viene la funa, we. 👀)

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