Capítulo II

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No pasó mucho hasta que Sasuke encontró a Naruto en uno de los campos de entrenamiento y le exigió una revancha. El rubio había estado casualmente tomando una siesta al pie de un árbol. Aunque lo cierto era que se había puesto de carnada para que el chico pelinegro lo hallara; eso no se lo diría, por supuesto.

_Te exijo la revancha. – dijo con seriedad.

El rubio entreabrió un ojo, y lo volvió a cerrar, cosa que hizo que Sasuke se molestara más. Naruto tenía la cabeza apoyada en sus manos entrelazadas, su espalda recostada en el suave césped, con una pierna doblada sobre la rodilla de la otra.

El viento susurraba entre las hojas, y el leve murmullo de las ramas era lo único que se escuchaba en medio del silencio que se prolongó unos largos segundos de tensión. Naruto sonrió. Para Sasuke, seguramente era una sonrisa irritante.

_ Un ninja debe tomar las oportunidades y atacar a su enemigo por sorpresa, ¿no?

_ ¡Tsk! ¡Deja de burlarte, de mí, idiota!

De un salto Naruto se alejó del árbol cuando un instante después del insulto, una bola de fuego envolvió el árbol en ardientes llamas.

_Oye, ¿qué te hizo el árbol? Pobrecito. – dijo el rubio al ver como se quemaba.

_Pelea en serio. – rugió enojado el chico.

_Hmm... - el rubio parecía distraído, mirando a un lado como si considerara la situación – No, no voy a pelear contigo.

El pelinegro apretó los puños con rabia contenida, sus hombros tensos. Cuando habló otra vez, su voz era una mezcla de frialdad y enojo.

_Pues tendrás. – Y a continuación, chakra eléctrico comenzó a surgir en su mano izquierda hasta formar un chirriante chidori – O tendrás que soportar la burla de ser asesinado por un mocoso.

Naruto sonrió zorrunamente. Oh, qué divertido era molestar a ese chico.

_ Heh, ¿tú, matarme? No podrías ni siquiera herirme, niño.

Si antes había picado su orgullo...ahora lo había acribillado. Sasuke vio rojo en ese momento. El rubio notó su intención asesina y esquivó por los pelos el jutsu de rayo que por un pelo le hubiera atravesado el pecho. Chasqueando la lengua con fastidio e ira, el pelinegro volvió a atacarlo. Naruto se clonó varias veces y esquivó lo mejor que pudo las bolas de fuego que Sasuke le lanzaba; aun así sus clones eran apresados por las llamas y desaparecían. Debía ser que no estaba luchando en serio, como le había dicho Sasuke. Lo cierto era que no podía pelear en serio con él. Y sobre todo hoy. Notaba como Sasuke estaba actuando y moviéndose de manera diferente. En la pelea de hacía unos días atrás, sus movimientos y ataques habían sido calculados, estratégicos; había podido vislumbrar la increíble astucia que poseía el pelinegro. Pero ahora el chico simplemente atacaba sin cesar, cegado por una furia que el Uzumaki no era capaz de comprender.

Naruto sintió una punzada en el corazón. Esos ojos...

Dejó que de una patada, el pelinegro lo tumbara en el suelo. Sasuke se sentó sobre él, inmovilizó sus brazos con sus fuertes piernas, y comenzó a golpearlo en la cara.

Naruto no entendía de dónde salía tanta rabia, tanto odio.

_ NO ME SUBESTIMES, ¡IMBÉCIL! ¡NO ME SUBESTIMES‼

Pero esos ojos...a pesar de estar mirando a los suyos, era como si estuvieran en otro lugar. Como si en vez de ver a Naruto, viera a una persona completamente diferente. A alguien que hacía que Sasuke se sintiera de esa manera.

El cielo está en tus ojos (NaruSasu)Where stories live. Discover now