Capítulo XIX

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El cielo está en tus ojos

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Advertencias: Eh...Dolor?

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Capítulo XIX

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De momento fue como si se le parara el corazón. Miró hacia el horizonte: tenía un mal presentimiento. Un viento frío penetró la entrada de la cueva donde estaban a la espera del resto de los miembros de la organización. Faltaban cuatro días para llegar a la Aldea de la Hoja, y en 11 horas los miembros restantes arribarían al escondite.

_ ¿Qué sucede, Itachi-san? – preguntó Kisame.

_ Nada.

Nada que a él le importara.

¿Sería acaso que a pesar de la distancia y los corazones rotos la sangre que los conectaba le llamara? ¿O era que su enfermedad le hacía pensar cosas ilusorias?

No. Sus sentidos y su mente estaban en perfecto estado.

Algo había pasado.

Sasuke...

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Las heridas de Ino no eran muy severas, pero eso no había evitado que la Yamanaka se desmayara. Chouji estaba con ella ahora, y solo quedaban Kiba y él para deshacerse de los tres ninjas del Sonido que quedaban, si no se contaban los cuatro que habían levantado la barrera.

Y Naruto...Naruto parecía estarse muriendo, pero respiraba aun, y eso era lo que importaba.

Shikamaru había pasado el punto del pánico hacía mucho. Su mente estaba afilada como una espada, asesorando la situación mientras pensaba en todas las rutas de escape posible para que sus amigos salieran vivos de esta.

Pero aunque sus emociones estuvieran en un temporal mutismo de momento, no pudo evitar recordar aquellos meses en los que Naruto vivió un tiempo de pesadillas.

El Sello Maldito.

Orochimaru tenía al Uchiha.

Fallamos.

Notó una presencia tras su espalda, tan imperceptible que parecía por un momento pensó haberlo imaginado. ¿Quién-?

_ Nara-kun, te aconsejaría que no intentaras ninguno de tus trucos. – La voz de Orochimaru le sorprendió más de lo que debería. ¿Cómo había notado su movimiento al estar de espaldas? Se le erizaron los cabellos de la nuca – Si se acercan haré que Naruto sufra más aún. No querrán eso, ¿o sí?

Kiba chasqueó la lengua; experimentaba el mismo sentimiento de impotencia y frustración que había caído sobre todos ellos.

Tenía que pensar. Tenía haber una salida a todo aquel caos.

Antes de que fuera demasiado tarde.

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El grito había quebrado la tensión del aire, como si de repente todas las cosas del mundo cayeran al suelo hechas pedazos. Fue una parálisis del tiempo donde, probablemente, hasta el suave cursar de las nubes pausó por unos segundos.

La mutilación de la inocencia.

El grito se había desvanecido hacía mucho, pero Naruto aun lo escuchaba en su mente, una y otra vez, como si estuviera dentro de una ilusión.

El cielo está en tus ojos (NaruSasu)Where stories live. Discover now