Carta 207

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La hermosa luz de la luna iluminaba mi habitación. Estaba recostado en mi cama, con una buena sonrisa todo gracias a Hera. Al parecer, mi mamá la convenció de que se quedará más días y ella aceptó, bueno, tuvo que preguntarle a su idiota novio si no le molestaba y él dijo que no. Lo mejor de todo es que estaría en mi casa, por 2 semanas más. Ayer cuando fueron de compras Hera compro demasiada ropa y supongo que era más de la necesaria para poder quedarse.

Todo estaba en un silencio total. De pronto escuche como rechinaba la puerta de mi habitación, mi piel se puso chinita. Yo estaba de espalda a la puerta, así que no podía ver quién o qué era. Sentí como alguien tocaba mi espalda lentamente, de abajo hacia arriba y viceversa.

-Por más que quiera odiarte no puedo. Nunca he podido odiarte. Ni cuando debí hacerlo.

Era Hera. Su voz se escuchaba rota. Me abrazo y luego besó mi cuello. Después tomó mi mano y aunque no debí hacerlo, yo tomé la suya. Hera me soltó y se separó de mí con rapidez. Me gire y la detuve.

-No te vayas, por favor.

-No debí venir, lo siento. Además, creí que estabas dormido.

-Entonces, imagina que estoy dormido.-la tome del brazo y la guie hacia mi cama.

Se sentó y me miró.

-Entonces hazte el dormido.

Le sonreí y me acosté en la cama. Cerré mis ojos y ella me tapo.

-¿Así parezco dormido?-le pregunté riendo.

-Idiota.-susurro.

Volví a tomarla de la mano y ella la quito. Tomé su otra mano y también la quito. Como Hera tenía sus pies en la cama, tome uno y lo quitó, después tomé el otro y ese no lo quito.

-Lo de hoy es agarrarle el pie a la mujer que amas.

-Oh, vamos Luke, deja de decir que me amas.

-Cambiemos de tema...-no quería que Hera terminara huyendo como siempre.-¿Cómo está tu padre?

-¿Acaso no sabes que me voto a la calle?

-No da risa, en serio.

-Es en serio. Mi padre, si se le puede llamar así, me mandó lejos.

-¿Por qué?

-Por la estúpida de Meliá.

-Lo buena no le quita lo estúpido.-Hera me pateó en la cara.-Hey, si dolió.

-Esa maldita necesita karma.

-Lo sé. No eres la única que la odia.

-¿Por qué la odias tu?

-Bueno, ah. El día que regrese a Sídney nadie fue por mí al aeropuerto y terminé yéndome en autobús. Por estar pensando en otras cosas, casualmente me baje en tu calle. Por dentro y por fuera me moría por ir a verte, camine hasta tu casa y cuando llegue una señora me abrió la puerta.-Hera iba a hablar pero le tape la boca con mi mano.-subí a tu habitación y bueno, no era tu habitación. Ahora era muy pero muy femenina, luego llegó Meliá y me dijo que tu y el bibliotecario...

-Se llama Eithan.-hablo con mi mano en su boca.

-...iban a casarse, eso me cayó al hígado y lloré.

-¿Por qué te dijo eso?

-Para molestar.

-Maldita...

-Pero si tú no te vas a casar ¿entonces quien?

-Mi padre se casará a fin de año.

-Odio a tu padre más que antes.

-¿Por qué lo odiabas?

-Porque no me dejaba estar contigo.

-Y a mí contigo.

-Él nunca nos quizo juntos. Debemos vengarnos de eso.

-Es mi padre.

-El que te haya dado la vida no significa que no puedas hacerle un poco de karma.

-¿Qué tienes en mente?

-Me encanta que pienses así. Bueno, no lo sé. Jamás creí que aceptarías.

-Son las...-miró su reloj y luego hizo una cara pensante.-son las 4:30 de la mañana. Mi padre se levanta a las 5 de la mañana y sale de la casa a las 6. Así que tenemos hora y media.

-¿Hablas en serio?

Ella asintió, se paró de la cama, abrió mi closet y tomó una sudadera-mi favorita.- tomo una para mí y me lanzo.

-Te espero en el auto.-dijo y salió corriendo de la habitación.

Wow. Wow. Wow. Me puse mi sudadera y pase rápidamente al baño, con tanta emoción me habían dado ganas de ir al baño. Al terminar me lave las manos y baje corriendo por las escaleras. Gracias a Dios mis padres tenían el sueño pesado. Note que Hera estaba dentro del auto, subí en el asiento del copiloto y ella encendió el auto. Ella manejó hasta una tienda de autoservicio. Bajamos y entramos a la tienda.

-Ten.-me entro 10 billetes de diferentes cantidades.-gasta todo en cosas de venganza. Te veo en 10 minutos.-me guiño un ojo y desapareció.

"Cosas de venganza". Me reí y camine por los pasillos. Tome lo primero que encontraba, pague y espere a Hera en el auto. Minutos después ella salió de la tienda y entro al auto. Esta vez conduje yo. Encendí el auto y manejé hasta casa de Hera. Al llegar ella apachurro mi mano.

-¿Listo?-pregunto nerviosa.

Asentí y salimos del auto. Nos paramos frente a su casa y luego nos miramos.

-¿Y ahora qué?-le pregunté.

-No sé, haz lo que sea.

Hera vació su bolso en el pasto. Tenía desde huevos hasta toallas femeninas.

-¿Qué harás con eso?-lleve mis dedos hacia las toallas.

-No sé.-rió.

Cuando el reloj marcó las 5:50, los dos terminamos. Nos volvimos a parar en el mismo lugar donde empezamos y contemplamos la casa. Habíamos creado una obra de arte. Huevos estrellados, papel de baño por todos lados, el garaje lleno de pintura, el pasto quemado y bueno, cosas peores. Lo mejor de todo era el auto. Eso lo había hecho Hera. Termino usando las toallas femeninas para poner "Idiota".

El ladrido de un perro nos espanto, ya eran las 6 en punto. Subimos al auto y desaparecimos del lugar.

-Daria lo que fuera para ver la reacción de mi padre. Deberíamos hacer esto más seguido.

-¿Hacer qué?

- Ya sabes, divertirnos como en los viejos tiempos. Solo tú y yo.

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