Carta 343

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Como ya había salido del hospital, mi vida "normal" regresó. Los profesores debido a mi accidente me han dejado entregar trabajos para poder pasar las materias. Esa fue una excelente noticia aunque me han dejado bastante, estoy feliz porque no soy de esos que reprueban, mi nivel académico es bueno y estoy orgullo de mi mismo en ese sentido.

También regresé a trabajar. Hoy Hera y yo trabajamos juntos.Ella me miraba inquieta y desilusionada. Le hacia la platica al principio pero ella me ignoraba. Me molestaba eso. Después de un gran rato ella fue la que me habló y aunque debí ignorarla no pude, me moría de ganas por hablar con ella.

Hera no tomo en ningún momento el tema de el bebé, hablamos de la escuela y de ella. Cosa que casi nunca pasa, normalmente hablamos o hablábamos de cosas que nos interesan a los dos y terminábamos haciendo debates, la mayoría del tiempo ella estaba en contra y yo a favor.

Por eso de las 7 de la noche, Margó llegó junto a Eithan. Yo estaba atendiendo a una pareja y en eso voltee, fue por eso que los vi. Seguí con la mirada a Eithan y el tomo romanticamente a Hera de la cintura. Romántico e inexplicable,como diría Hera en estado de ebriedad. Yo seguí con mi trabajo y los ignoré, al terminar Margó me habló y me dirigí a la cocina. La salude con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. Le pidió a todos que salieran por un momento para hablar conmigo.

-Me alegra verte Lucas-me dijo con su preciosa voz.

-Digo lo mismo Margó.

-Sabes, Eithan me contó la gran noticia y quiero decirte que te apoyo.

Me quedé en silencio, por un momento olvide "la gran noticia".

-No tienes que hacerlo, en serio.

-Claro que sí, Hera me ha dicho que tus padres no se lo han tomado bien del todo-rodó los ojos-y bueno, mi esposo y yo queremos apoyarte.

-¿Habla en serio?-me sorprendí.

-Por supuesto. Sí mi hijo embarazara a Hera lo apoyaría también.

Tosí incomodó. Fuerte declaración .

-Tiene que haber una razón, no me puede apoyar así de la nada.

-¿Quieres saber la verdad?-se asomo por la puerta.

Asentí y le sonreí.

-Eithan me lo ha pedido.

-¿Eithan?

-Sí, Eithan Wilde. No sé porque te sorprende.

El teléfono de Margó sonó y ella contesto, se despidió de mi y me quede en la cocina. Todos volvieron a sus deberes.

Salí de la cocina con una orden y la familia Wilde se fue. Entregué la orden y Hera vino hacia mi.

-¿Por qué esa cara?-golpeo mi mejilla.

-Siempre la he tenido.

-No seas idiota, estas pálido.

-Y tu amarilla mi querida Simpson.

Hera se fue a atender a las personas que habían llegado y mientras les tomaba la orden ella me miraba. En mi mente empecé a imaginarnos juntos, como novios y esas cosas, pero luego salí de la imaginación y aterricé bruscamente a la realidad. Ahora ya no podemos estar juntos, ya no más.Esa imaginación ya no puede hacerse realidad. 


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